17 Agosto 2006
BUENOS AIRES.- El ex ministro Roberto Lavagna advirtió que el crecimiento de la economía comenzará a frenarse a fines de 2007, como consecuencia de una caída de la inversión, y denunció que existe una operación oficial para pegar su imagen a Carlos Menem y a Jorge Sobisch.
Sobre su eventual candidatura presidencial, impulsada por sectores del peronismo disconformes con el kirchnerismo y del radicalismo, Lavagna dijo que prefiere no apurarse a tomar una decisión, y comparó esta situación con su experiencia ministerial.
“Si hubiéramos cedido a las presiones para acelerar la renegociación de la deuda en default, las cosas habrían salido mal. Ahora creo lo mismo”, puntualizó. Por otra parte, Lavagna profundizó su distancia con el oficialismo, al afirmar que en los últimos meses el Gobierno fomentó “una división riesgosa entre ideas populistas y noventistas, personalizadas por Menem y Domingo Cavallo”. Sobre la marcha de la economía, Lavagna sostuvo que no hay un gran frente de tormenta inmediato, porque hasta ahora hubo pilares sólidos, pero la inversión va a comenzar a caer con fuerza a fines del año próximo y eso afectará el crecimiento.
“El mayor intervencionismo estatal en materia económica le quita espacio al sector privado, que fue muy dinámico en el proceso de recuperación tras la crisis, y además está la cuestión energética, como lo demuestran los cortes que ya hubo y que se intentan minimizar”, señaló al respecto.
Sostuvo que para evitar ese riesgo, la clave es tener una estrategia de desarrollo, sobre todo en términos cualitativos. “Para ello, hay que eliminar la mala imagen que está proyectando el país hacia afuera, cumpliendo un rol específico en el mundo; y antes que nada, en la región, eludiendo estar a la cola del presidente de Venezuela, Hugo Chávez”, dijo. (NA)
Sobre su eventual candidatura presidencial, impulsada por sectores del peronismo disconformes con el kirchnerismo y del radicalismo, Lavagna dijo que prefiere no apurarse a tomar una decisión, y comparó esta situación con su experiencia ministerial.
“Si hubiéramos cedido a las presiones para acelerar la renegociación de la deuda en default, las cosas habrían salido mal. Ahora creo lo mismo”, puntualizó. Por otra parte, Lavagna profundizó su distancia con el oficialismo, al afirmar que en los últimos meses el Gobierno fomentó “una división riesgosa entre ideas populistas y noventistas, personalizadas por Menem y Domingo Cavallo”. Sobre la marcha de la economía, Lavagna sostuvo que no hay un gran frente de tormenta inmediato, porque hasta ahora hubo pilares sólidos, pero la inversión va a comenzar a caer con fuerza a fines del año próximo y eso afectará el crecimiento.
“El mayor intervencionismo estatal en materia económica le quita espacio al sector privado, que fue muy dinámico en el proceso de recuperación tras la crisis, y además está la cuestión energética, como lo demuestran los cortes que ya hubo y que se intentan minimizar”, señaló al respecto.
Sostuvo que para evitar ese riesgo, la clave es tener una estrategia de desarrollo, sobre todo en términos cualitativos. “Para ello, hay que eliminar la mala imagen que está proyectando el país hacia afuera, cumpliendo un rol específico en el mundo; y antes que nada, en la región, eludiendo estar a la cola del presidente de Venezuela, Hugo Chávez”, dijo. (NA)