03 Agosto 2006
SOLO RUINAS. Ni las estructuras edilicias quedan hoy en pie en el predio de lo que fue el ingenio Santa Ana. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
El 29 de junio de 1966, el general Juan Carlos Onganía asumió el gobierno de la Nación, luego de que un golpe militar terminó con el mandato del radical Arturo Umberto Illia. El 9 de julio, Onganía fue vitoreado por una multitud, cuando encabezó desde Tucumán los festejos del 150º aniversario de la Declaración de la Independencia. El 5 de agosto asumió la gobernación el general Fernando Aliaga García. Pero una grave crisis que se venía gestando en la actividad azucarera explotó dramáticamente en esos días. Algunos ingenios habían iniciado la zafra en un clima de incertidumbre; otros no pudieron echar a andar sus trapiches. Durante ese mes, la tensión fue creciendo, hasta que el 22 se conoció la decisión del PEN de intervenir siete ingenios. LA GACETA refleja hoy, en una producción especial, el proceso que llevó al cierre de 11 ingenios, que provocó el exilio de más de 200.000 tucumanos y que hirió seriamente la economía provincial.