Fue difícil recuperar los restos del avión

Fue difícil recuperar los restos del avión

Se encontró más de media tonelada de efectos de la nave siniestrada.

Las lanchas de la Prefectura rastrean la zona del desastre, en mayo de 1981. Las lanchas de la Prefectura rastrean la zona del desastre, en mayo de 1981.
13 Julio 2006
El río devolvió la verdad. A las 14.40 (tres horas después de perderse todo contacto con el avión) un helicóptero de la Prefectura Naval Argentina avistó lo que parecerían ser los restos de una aeronave, a la altura del kilómetro 15 del canal del acceso al puerto Metropolitano, en un sector conocido como "Playa Honda".

Poco a poco, en esa zona, fueron apareciendo salvavidas, asientos, partes de un ala, un documento de identidad flotando en las aguas y el primer cuerpo desnudo, sin vida, de una persona.

Chequeado rápidamente el documento de identidad se pudo constatar que efectivamente pertenecía a uno de los ocupantes del avión.

Al ir aproximándose los rescatistas a la zona indicada, fueron hallados otros objetos del avión; la distancia entre los hallazgos (varios kilómetros entre sí) hizo presumir que el avión podría haber estallado en el aire antes de caer al río, y no haberse desintegrado, como se presumía.

Pese al empleo de modernos aparatos, los rescatistas tardaron varios días en rescatar todos los cuerpos.

A 25 años del accidente de Austral, como forma de homenaje, LA GACETA On Line recuerda a las víctimas:
Fernando Amaya
Elba Amaya
Valeria Amaya
Mariela Amaya
Mabel Amaya
Juan Amaya
Fernando Cuello
Rodolfo Pozzi
Julio Villaroel

Orlando Rojo
Carlos Hernández
Edgardo Lucca
Néstor Figueroa
Juana Gallardo de Abella
Nida Abella
María Luisa Trujillo
Carlos Cañete
María Gil
Juan Reyes
Carlos Alfajeme
Clemente Turbay
Carlos Alejandro Scotta
Julio Valdez
Santiago Blanca
Sara Lerech

Miembros de la tripulación del avión Austral siniestrado

De izquierda a derecha, aparecen el comandante Guillermo Testorelli, el primer oficial Alberto Vázquez Miguens y las azafatas Sonia Somnlethnetz, María Eugenia Monto, Margarita Bersons.


Tamaño texto
Comentarios