28 Mayo 2006
Thelma Biral, que lleva largos años desplazándose en los escenarios de teatro y de la televisión, y que además tiene su propia "escuelita" (así la llama ella) de teatro, está en contra del denominado método de la memoria emotiva.
"Es bastante peligrosa y enfermante, puede llegar a herir mucho, y trato de no usarla; a mis alumnos directamente no se la recomiendo", señaló durante una entrevista con LA GACETA. "No es sano trabajar con la memoria emotiva porque tiene el peligro de mezclar en el actor lo que es la realidad y lo que es la ficción", aseguró. "Evidentemente es la persona la que hace el personaje y siempre éste tiene reflejos y cosas de aquélla, pero yo no estoy de acuerdo en crear un personaje de este modo. Si la memoria emotiva aparece trato de escaparle inmediatamente y de crearle una historia en ese momento".
"¿Y cómo construye usted sus personajes?", se le preguntó. "Primero empiezo por amarlos, luego sigo por pensarlos, y posteriormente les creo una historia. Me pregunto de dónde vienen, quiénes son, cómo sería si vivieran realmente...los voy trabajando a partir de una historia".
La actriz afirmó que al personaje lo toma como si estuviera viendo una película: "trato de establecer una distancia importante, y para ello utilizo técnicas, que son aquellas que aprendemos en nuestra profesión. Son las mismas que hay que dominar, por ejemplo, para actuar estando afónica o enferma. Y yo actúo estando afónica y la gente no se da cuenta; actúo estando enferma y tampoco la gente se da cuenta; actúo estando triste y hago reír o actúo con mucha alegría y tengo que hacer llorar", reflexionó.
"Creo que el público es tan inteligente y tiene tanta intuición que se da cuenta cuando el que sufre en el escenario es la persona y no el personaje. Por eso es que digo que hay que disociar, siempre que se pueda, porque tampoco uno es un robot que funciona automáticamente...te imaginás que hay días en que uno tiene altas y hay otros, en que hay bajas, pero hay que intentar separar lo uno y lo otro. Opino que el mayor logro para un actor es poder relajarse y concentrarse y seguir y cargarse con su energía", aconsejó la actriz.
Cuando LA GACETA le interrogó sobre cómo había preparado su Doña Rosita, de Federico García Lorca, Biral afirmó con sinceridad que no lo recordaba. "Lo único que puedo sostener es que debe haber sido con mucha pasión y entusiasmo, que son las cosas que pongo en mi trabajo. Yo quería mucho a Doña Rosita, cuando la interpreté en la década del 80".
"Es bastante peligrosa y enfermante, puede llegar a herir mucho, y trato de no usarla; a mis alumnos directamente no se la recomiendo", señaló durante una entrevista con LA GACETA. "No es sano trabajar con la memoria emotiva porque tiene el peligro de mezclar en el actor lo que es la realidad y lo que es la ficción", aseguró. "Evidentemente es la persona la que hace el personaje y siempre éste tiene reflejos y cosas de aquélla, pero yo no estoy de acuerdo en crear un personaje de este modo. Si la memoria emotiva aparece trato de escaparle inmediatamente y de crearle una historia en ese momento".
"¿Y cómo construye usted sus personajes?", se le preguntó. "Primero empiezo por amarlos, luego sigo por pensarlos, y posteriormente les creo una historia. Me pregunto de dónde vienen, quiénes son, cómo sería si vivieran realmente...los voy trabajando a partir de una historia".
La actriz afirmó que al personaje lo toma como si estuviera viendo una película: "trato de establecer una distancia importante, y para ello utilizo técnicas, que son aquellas que aprendemos en nuestra profesión. Son las mismas que hay que dominar, por ejemplo, para actuar estando afónica o enferma. Y yo actúo estando afónica y la gente no se da cuenta; actúo estando enferma y tampoco la gente se da cuenta; actúo estando triste y hago reír o actúo con mucha alegría y tengo que hacer llorar", reflexionó.
"Creo que el público es tan inteligente y tiene tanta intuición que se da cuenta cuando el que sufre en el escenario es la persona y no el personaje. Por eso es que digo que hay que disociar, siempre que se pueda, porque tampoco uno es un robot que funciona automáticamente...te imaginás que hay días en que uno tiene altas y hay otros, en que hay bajas, pero hay que intentar separar lo uno y lo otro. Opino que el mayor logro para un actor es poder relajarse y concentrarse y seguir y cargarse con su energía", aconsejó la actriz.
Cuando LA GACETA le interrogó sobre cómo había preparado su Doña Rosita, de Federico García Lorca, Biral afirmó con sinceridad que no lo recordaba. "Lo único que puedo sostener es que debe haber sido con mucha pasión y entusiasmo, que son las cosas que pongo en mi trabajo. Yo quería mucho a Doña Rosita, cuando la interpreté en la década del 80".