17 Mayo 2006
EL GORDO Y EL NEGRO. Un flash de la película “Atracción peculiar”. LA GACETA
En 1973, los hermanos Gerardo y Hugo Sofovich, que ya llevaban 10 años de éxito en la TV con “Operación Ja Ja” y “Polémica en el bar”, decidieron dar el salto a la pantalla grande. Para ello eligieron a dos de las estrellas que habían surgido de sus programas: Jorge Porcel y Alberto Olmedo.
La línea argumental de las películas fue una excusa para enhebrar un gag tras otro con mayor o menor fortuna, según el filme. El planteo era siempre el mismo: hombres voraces versus mujeres físicamente exuberantes y bastante tontas. Los “piolas” que buscaban vivir bien sin trabajar, a menudo sacando tajada de la buena fe o de la inocencia de los demás
Las mujeres, por su parte, estaban a la caza de un millonario que les solucionara con un golpe de tarjeta de crédito todas las preocupaciones. El humor surgía de la ineptitud de los personajes de Porcel y de Olmedo para actuar como vivos de verdad: eran dos perdedores que se negaban a reconocerse como tales, de modo que casi nunca había consumación del sexo. Y el trasfondo de las películas era (salvo en “Las mujeres son cosa de guapos”, que es un filme de época) una Buenos Aires nocturna donde los teatros de revista, los restaurantes, los bares, los cafés y las discotecas están siempre a full.
La primera película del dúo, “Los caballeros de la cama redonda”, se estrenó el 22 de marzo de 1973. El libro era de los hermanos Sofovich, y la dirección, de Gerardo. Tuvo tal éxito, que aún estaba en cartel cuando se estrenó la segunda, “Los doctores las prefieren desnudas”, el 13 de setiembre de ese año.
La línea argumental de las películas fue una excusa para enhebrar un gag tras otro con mayor o menor fortuna, según el filme. El planteo era siempre el mismo: hombres voraces versus mujeres físicamente exuberantes y bastante tontas. Los “piolas” que buscaban vivir bien sin trabajar, a menudo sacando tajada de la buena fe o de la inocencia de los demás
Las mujeres, por su parte, estaban a la caza de un millonario que les solucionara con un golpe de tarjeta de crédito todas las preocupaciones. El humor surgía de la ineptitud de los personajes de Porcel y de Olmedo para actuar como vivos de verdad: eran dos perdedores que se negaban a reconocerse como tales, de modo que casi nunca había consumación del sexo. Y el trasfondo de las películas era (salvo en “Las mujeres son cosa de guapos”, que es un filme de época) una Buenos Aires nocturna donde los teatros de revista, los restaurantes, los bares, los cafés y las discotecas están siempre a full.
La primera película del dúo, “Los caballeros de la cama redonda”, se estrenó el 22 de marzo de 1973. El libro era de los hermanos Sofovich, y la dirección, de Gerardo. Tuvo tal éxito, que aún estaba en cartel cuando se estrenó la segunda, “Los doctores las prefieren desnudas”, el 13 de setiembre de ese año.
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