17 Mayo 2006
UNIDOS. Por primera vez desde que se iniciaron las marchas, en febrero, los manifestantes accedieron a la explanada de Casa de Gobierno. LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
Esta vez, el clamor resonó ante las mismas puertas de la Casa de Gobierno. Los manifestantes que reclamaban el esclarecimiento del crimen de Paulina Lebbos y de otros casos casos no resueltos corrieron las vallas que cerraban el paso ante las escalinatas y ocuparon parte de la explanada.
Allí encendieron velas e hicieron sus pedidos de justicia y exigieron que se acabe la impunidad. Los gritos “asesinos”, y “que se vayan” no cesaron durante la marcha. También criticaron el decreto del gobernador que manda cerrar los boliches a las 4 de la madrugada. “Aunque cierren los boliches, va a seguir la impunidad”, le gritaron a José Alperovich.
Como todos los martes, la columna partió desde la Facultad de Filosofía y Letras, en el parque 9 de Julio, y mucha gente se fue sumando a lo largo del camino hacia la plaza Independencia. “Nos esperan en la esquina de Francia y avenida Avellaneda”, comentó un manifestante. En la plaza los aguardaban, con bombos y carteles, militantes de la Corriente Clasista y Combativa y del Movimiento Socialista de los Trabajadores.
Presencia
Una vez más, familiares de víctimas de crímenes, de represión policial o de accidentes violentos desplegaron carteles y fotos de sus seres queridos muertos. “Cada vez somos más”, dijo Alberto Lebbos, padre de Paulina, en referencia a la cantidad de personas que sumaron su reclamo de justicia por casos no resueltos. “Ya son más de 40”, sostuvo.
En la marcha estuvo César Soto, el novio de Paulina. El joven llevaba una foto en la que él y la estudiante aparecen sonrientes. “Todo lo que quiero es saber la verdad. Para eso, necesito tener acceso a la investigación”, aseguró. El acto concluyó con una invitación a concurrir, el martes próximo, a una nueva marcha.
Allí encendieron velas e hicieron sus pedidos de justicia y exigieron que se acabe la impunidad. Los gritos “asesinos”, y “que se vayan” no cesaron durante la marcha. También criticaron el decreto del gobernador que manda cerrar los boliches a las 4 de la madrugada. “Aunque cierren los boliches, va a seguir la impunidad”, le gritaron a José Alperovich.
Como todos los martes, la columna partió desde la Facultad de Filosofía y Letras, en el parque 9 de Julio, y mucha gente se fue sumando a lo largo del camino hacia la plaza Independencia. “Nos esperan en la esquina de Francia y avenida Avellaneda”, comentó un manifestante. En la plaza los aguardaban, con bombos y carteles, militantes de la Corriente Clasista y Combativa y del Movimiento Socialista de los Trabajadores.
Presencia
Una vez más, familiares de víctimas de crímenes, de represión policial o de accidentes violentos desplegaron carteles y fotos de sus seres queridos muertos. “Cada vez somos más”, dijo Alberto Lebbos, padre de Paulina, en referencia a la cantidad de personas que sumaron su reclamo de justicia por casos no resueltos. “Ya son más de 40”, sostuvo.
En la marcha estuvo César Soto, el novio de Paulina. El joven llevaba una foto en la que él y la estudiante aparecen sonrientes. “Todo lo que quiero es saber la verdad. Para eso, necesito tener acceso a la investigación”, aseguró. El acto concluyó con una invitación a concurrir, el martes próximo, a una nueva marcha.