13 Mayo 2006
PROMESA. Kirchner habló con Rodríguez Zapatero, quien aseguró que Ence seguirá con las obras paralizadas. PRESIDENCIA DE LA NACION
BUENOS AIRES.- El presidente Néstor Kirchner reclamó a miembros de la Unión Europea que sus inversiones no provoquen contaminación del medio ambiente en las naciones en vías de desarrollo, y se quejó porque las dueñas de las papeleras instaladas en la región evitaron el cumplimiento de normas ambientales que se aplican en el Viejo Continente.
“Lo que de ninguna manera podemos admitir es que países que han logrado mayor desarrollo, que muchas veces lo han hecho a costa del medio ambiente y produciendo una fuerte afectación mundial evidenciada en el cambio climático, quieran trasladarnos la parte más contaminante de sus procesos industriales”, advirtió el mandatario.
Kirchner disertó ante casi 60 jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, reunidos en la capital austríaca en la IV Cumbre birregional, tendiente a fortalecer la integración económica entre ambos bloques. Allí aprovechó para defender la política argentina en contra de la construcción de dos papeleras en la vera oriental del Río Uruguay.
Sin mencionar abiertamente a la finlandesa Botnia y a la española Ence, dueñas de las papeleras que dispararon el diferendo diplomático entre Argentina y Uruguay, el primer mandatario se quejó porque “empresas europeas, en la instalación en nuestra región de plantas de celulosa de gran envergadura, han evitado el cumplimiento de normas que ustedes les habrían aplicado en Europa”.
“Creemos que la única opción es respetar el medio ambiente en los países desarrollados y también en los demás, puesto que el daño que se le provoca el ambiente se le provoca a la humanidad”, aseveró Kirchner, y sostuvo que la Unión Europea tiene que ser aliada en la pelea de los países latinoamericanos en la defensa del medio ambiente.
Al respecto, advirtió: “es absolutamente claro que los habitantes de América Latina resultamos acreedores ambientales del mundo industrializado”, y pidió un fuerte compromiso con el cuidado del ambiente y “abandonar el doble estándar que se aplica cuando cuidan la polución en sus países de origen, pero contaminan en el sur”.
Sostuvo: “nuestros países desean recibir inversiones y presentan rentables oportunidades”, pero advirtió: “no queremos que lleven allí actividades proscriptas aquí, para mejorar el beneficio de los accionistas creando la ilusión de un producto supuestamente más barato, pero de elevado costo ambiental, deterioro de la salud y reducción de las expectativas de vida”.
Kirchner señaló que la relación de América Latina con Europa debe priorizar un frontal combate contra la pobreza, la defensa irrestricta de la democracia y de los derechos humanos, junto con la preservación del medio ambiente.
“Estamos orgullosos de habernos puestos de pie para consolidar la democracia y ejercer la justicia que no consciente impunidad para los crímenes de lesa humanidad”, subrayó en relación a la defensa de los derechos humanos. (DyN-NA)
“Lo que de ninguna manera podemos admitir es que países que han logrado mayor desarrollo, que muchas veces lo han hecho a costa del medio ambiente y produciendo una fuerte afectación mundial evidenciada en el cambio climático, quieran trasladarnos la parte más contaminante de sus procesos industriales”, advirtió el mandatario.
Kirchner disertó ante casi 60 jefes de Estado y de Gobierno de América Latina, el Caribe y la Unión Europea, reunidos en la capital austríaca en la IV Cumbre birregional, tendiente a fortalecer la integración económica entre ambos bloques. Allí aprovechó para defender la política argentina en contra de la construcción de dos papeleras en la vera oriental del Río Uruguay.
Sin mencionar abiertamente a la finlandesa Botnia y a la española Ence, dueñas de las papeleras que dispararon el diferendo diplomático entre Argentina y Uruguay, el primer mandatario se quejó porque “empresas europeas, en la instalación en nuestra región de plantas de celulosa de gran envergadura, han evitado el cumplimiento de normas que ustedes les habrían aplicado en Europa”.
“Creemos que la única opción es respetar el medio ambiente en los países desarrollados y también en los demás, puesto que el daño que se le provoca el ambiente se le provoca a la humanidad”, aseveró Kirchner, y sostuvo que la Unión Europea tiene que ser aliada en la pelea de los países latinoamericanos en la defensa del medio ambiente.
Al respecto, advirtió: “es absolutamente claro que los habitantes de América Latina resultamos acreedores ambientales del mundo industrializado”, y pidió un fuerte compromiso con el cuidado del ambiente y “abandonar el doble estándar que se aplica cuando cuidan la polución en sus países de origen, pero contaminan en el sur”.
Sostuvo: “nuestros países desean recibir inversiones y presentan rentables oportunidades”, pero advirtió: “no queremos que lleven allí actividades proscriptas aquí, para mejorar el beneficio de los accionistas creando la ilusión de un producto supuestamente más barato, pero de elevado costo ambiental, deterioro de la salud y reducción de las expectativas de vida”.
Kirchner señaló que la relación de América Latina con Europa debe priorizar un frontal combate contra la pobreza, la defensa irrestricta de la democracia y de los derechos humanos, junto con la preservación del medio ambiente.
“Estamos orgullosos de habernos puestos de pie para consolidar la democracia y ejercer la justicia que no consciente impunidad para los crímenes de lesa humanidad”, subrayó en relación a la defensa de los derechos humanos. (DyN-NA)
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