La UE condena los gobiernos populistas

VIENA.- La Unión Europea (UE) advirtió sobre los riesgos que entraña el populismo para la democracia y pidió a América Latina que dialogue con los inversores, en momentos en que parte de la región americana adopta políticas estatistas y una dura retórica antiestadounidense. “Si entendemos populismo como una simplificación excesiva de los problemas complejos, como una exaltación de los sentimientos negativos y no de los valores democráticos y del estado de derecho, el populismo es una amenaza, sea de izquierda o de derecha”, dijo a la prensa el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

La réplica
Aunque no mencionó a Venezuela o a Bolivia, se entendió el mensaje como una advertencia a los gobiernos de esos dos países. El presidente venezolano, Hugo Chávez, feroz crítico de su par estadounidense, George W. Bush, salió al cruce en otra rueda de prensa. “Con el neoliberalismo en declive comienza una nueva era en América Latina. Algunos la llaman populismo, tratando de desfigurar la hermosura que tenemos”, dijo en tono risueño. “Europa debe entender mejor el cambio que está en marcha en América Latina”, señaló.
La comisaria de Asuntos Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, fue más directa. “Los países tienen todo derecho a decidir cómo tratar sus materias primas, pero tiene que haber diálogo entre Estados e inversores. De otra manera, habrá más problemas para países como Bolivia”, aseguró.

Morales versus Fox
En línea con las críticas de Durao Barroso, el presidente mexicano, Vicente Fox, dijo que los populismos latinoamericanos son un freno para el desarrollo social y el crecimiento económico. No fue Chávez, que está enemistado con Fox, el que refutó al mandatario, sino Morales. “Es común que los presidentes que tienen el apoyo del imperio cuestionen a los que tienen el apoyo del pueblo”, dijo, en referencia a la relación entre Fox y Bush. No obstante, en la conferencia de prensa final Fox destacó que todos los procesos de integración tienen problemas, tal como lo demuestra la experiencia europea, y que no por ello hay que perder la confianza en la integración latinoamericana.
Morales bajó ayer el tono de sus declaraciones sobre las petroleras extranjeras que operan en Bolivia. Por un lado, tranquilizó a España respecto del proceso de renegociación de los contratos con Repsol-YPF; por el otro, concertó una reunión para hoy con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Morales había acusado a las petroleras -entre ellas Petrobras- de haber saqueado los recursos energéticos bolivianos. La cancillería brasileña reaccionó con dureza contra esas expresiones. Hoy tratarán de recomponer las relaciones, en momentos en que se avecina otro frente de tormenta. En efecto, La Paz supeditó su ingreso al  proyecto Gasoducto del Sur a que las empresas participantes sean estatales. La condición va dirigida a Repsol y a Petrobras, que es estatal brasileña, pero con mayoría de capitales extranjeros. Si Petrobras es excluida, no habrá gasoducto, dijo un vocero de Brasilia. El proyecto energético consiste en una gigantesca red que es extendería desde Venezuela hasta la Argentina. (Reuter-AFP-NA-DPA)