Algunos analistas consideran que el buen momento mundial del azúcar, con precios externos en alza y con proyecciones de déficit de oferta del producto en el mercado externo -con la consecuente suba de precios-, no durará para siempre. Estos expertos creen, por lo tanto, que la posibilidad de fabricar alcohol para naftas desde la caña de azúcar -en el marco de una suba sostenida del precio del petróleo- podría ser una opción muy interesante para un sector acostumbrado a sufrir los vaivenes de un mercado inestable, como es el del azúcar.
Ante la prensa, los industriales y los cañeros argumentan que la norma es poco clara en materia de beneficios impositivos para quienes produzcan naftas ecológicas. Además, sostienen que la disposición legal fue hecha a la medida de los intereses de los productores de granos. Pero puertas adentro, siempre existe el temor de que Brasil exija a la Argentina la derogación de la sirva de argumento a Brasil para reclamar la derogación de la Ley 25.715 -sancionada en 2003- que protege a la actividad azucarera en el Mercosur. Esta norma surgió precisamente porque los azucareros argentinos denunciaron durante años que existían asimetrías en los sectores de ambos países porque Brasil subsidiaba a la actividad para que se desarrolle un programa sucroalcoholero, lo que ahora ocurriría en Argentina con la flamante ley.
Es por eso que el titular del Centro Azucarero Argentino, Jorge Zorreguieta, vino a la cumbre realizada el jueves último en Tucumán con un discurso ensayado, que repitió al menos tres veces ante distintos periodistas: "el alcohol para mezclar con las naftas y el aceite para mezclar con el diesel van a provenir de la agricultura nacional, de la soja, del maíz y de otros productos agrícolas". No descartó la posibilidad de que la caña de azúcar participe del esquema productivo de alconafta, pero dejó en claro que la capacidad para expandir la superficie con caña es limitada. Debido a que la puesta en vigencia de la norma ocurrirá dentro de cuatro años, Zorreguieta deslizó que no puede saberse ahora qué puede pasar en ese lapso con los precios del petróleo. Además, recordó que la prioridad del sector es abastecer el mercado interno del azúcar. E hizo hincapié en que los principales impulsores de la producción de biocombustibles -que cobra cada vez mayor fuerza en todo el mundo- son los maiceros. "La Argentina tiene el maíz más barato del mundo, y en Estados Unidos todos los programas de alcohol los lleva sobre sus hombros el maíz", subrayó.
El sector sigue tentando a Atanor
El grupo Atanor, propietario de los ingenios Concepción, Marapa y Leales, manifiesta su confianza en el futuro de la actividad azucarera argentina, y por ese motivo motoriza fuertes inversiones en sus emprendimientos en Tucumán.
"Estamos apostando a sanear la actividad azucarera totalmente; se sigue invertiendo, se sigue trabajando, se sigue renovando las especies, mejorando el cañaveral, porque creemos que el objetivo es que la Argentina sea un actor activo en el mercado mundial del azúcar , no sólo pensando en sostener el precio interno", comentó a LA GACETA Alejandro Gomez Boero, directivo de Atanor.
Alejandro Poviña, gerente de los ingenios de Atanor, reveló que este grupo "ha concretado inversiones importantes en los ingenios, sobre todo en el tema medio ambiente, tratando de adecuar las fábricas a las leyes vigentes".'
En cuanto al aspecto comercial, el ejecutivo se mostró partidario de que se venda el azúcar en los dos mercados: el interno y el externo. "Hemos acordado entre todos cubrir ambos mercados, especialmente de alimentar el interno", remarcó, y enfatizó en que se convino en exportar en la próxima campaña un 28% de la producción de azúcar de la Argentina.
Las últimas lluvias le jugaron una mala pasada a Atanor, que tenía intenciones de comenzar a moler a mediados de este mes. "La idea es arrancar la zafra a fin de mes, pero estamos sujeto a cómo evoluciona la cuestión climática. Las lluvias de días atrás fueron muy fuertes, y afectaron los planes de comienzo de zafra", reconoció Poviña.