20 Abril 2006
RUMBO A SU CASA. Noguera maneja su automóvil luego de salir de la vivienda del gobernador, con quien estuvo casi 20 minutos. LA GACETA / ANTONIO FERRONI
La contratación de nuevos investigadores; el pago de la recompensa a quienes encontraron el cuerpo; otra suma de dinero para quien aporte datos concretos, y apoyo logístico. Estas fueron algunas de las cosas que el gobernador José Alperovich le prometió al fiscal Alejandro Noguera, que tiene en sus manos la investigación por la muerte de Paulina Lebbos.
La reunión se desarrolló en la casa del gobernador, a las 21.50. A esa hora llegó Alperovich junto a varios miembros de su gabinete. Luego ingresaron Lebbos y el ministro de Gobierno, Edmundo Jiménez. El fiscal Noguera ya estaba adentro cuando llegó el gobernador.
Lebbos se retiró ocho minutos después de haber ingresado. “Vine a traerle una carpeta con todas las denuncias. Parece que no me cree; yo ya sabía que estaba el fiscal, pero no puedo entender que estén juntos. Me parece que hay una enorme red de encubrimiento, para que nunca sepamos quién mató a mi hija”, aseguró Lebbos, muy nervioso. Más tenso salió el fiscal cuando advirtió la presencia de LA GACETA. “Lo único que pretendo es esclarecer el caso, y tengo que utilizar todos los recursos disponibles”, se excusó cuando se le preguntó por qué había ido a la casa del gobernador, que lo había acompañado hasta la puerta y allí lo había saludado.
Lebbos había advertido que él no tiene nada contra Alperovich, pero dijo que tiene que despedir a todos los encargados del área de seguridad. “Está durmiendo con el enemigo. Lo único que quiero es que se encuentre al que mató a mi hija y que se castigue a quienes lo encubrieron. Yo no hago política”, aseguró.
Antes de partir, Noguera habló con LA GACETA y remarcó que nadie del Poder Judicial sabía que él iba a ver al gobernador. “¿Por qué vino a verlo aquí?”, se le preguntó. “¿Qué quiere, que vaya a la Casa de Gobierno?”, repreguntó él. “¿No le parece que queda mal?”, se le inquirió. “Ya no sé qué pensar. Necesito todos los recursos que se pueda obtener”, aseguró.
La reunión se desarrolló en la casa del gobernador, a las 21.50. A esa hora llegó Alperovich junto a varios miembros de su gabinete. Luego ingresaron Lebbos y el ministro de Gobierno, Edmundo Jiménez. El fiscal Noguera ya estaba adentro cuando llegó el gobernador.
Lebbos se retiró ocho minutos después de haber ingresado. “Vine a traerle una carpeta con todas las denuncias. Parece que no me cree; yo ya sabía que estaba el fiscal, pero no puedo entender que estén juntos. Me parece que hay una enorme red de encubrimiento, para que nunca sepamos quién mató a mi hija”, aseguró Lebbos, muy nervioso. Más tenso salió el fiscal cuando advirtió la presencia de LA GACETA. “Lo único que pretendo es esclarecer el caso, y tengo que utilizar todos los recursos disponibles”, se excusó cuando se le preguntó por qué había ido a la casa del gobernador, que lo había acompañado hasta la puerta y allí lo había saludado.
Lebbos había advertido que él no tiene nada contra Alperovich, pero dijo que tiene que despedir a todos los encargados del área de seguridad. “Está durmiendo con el enemigo. Lo único que quiero es que se encuentre al que mató a mi hija y que se castigue a quienes lo encubrieron. Yo no hago política”, aseguró.
Antes de partir, Noguera habló con LA GACETA y remarcó que nadie del Poder Judicial sabía que él iba a ver al gobernador. “¿Por qué vino a verlo aquí?”, se le preguntó. “¿Qué quiere, que vaya a la Casa de Gobierno?”, repreguntó él. “¿No le parece que queda mal?”, se le inquirió. “Ya no sé qué pensar. Necesito todos los recursos que se pueda obtener”, aseguró.