19 Abril 2006
ENTRETENIMIENTO SIN LIMITES. Actualmente, los jóvenes se divierten en discotecas hasta el amanecer. LA GACETA / JOSE NUNO
Desde hace unos días, el Ministerio de Seguridad Ciudadana trabaja en un proyecto en el que se analiza la posibilidad de que la movida nocturna tenga un límite horario. La propuesta, que fue confirmada por el ministro Mario López Herrera, forma parte de un plan general de seguridad, según informó el funcionario.
“Aún no decidimos nada. Antes de tomar una determinación, escucharemos a todas las partes”, comentó López Herrera. Según trascendió, el proyecto establecería que los boliches cerrarán a las 3, y los drugstores, a las 4. La medida ya empezó a generar controversia en distintos sectores relacionados con la noche tucumana.
En una reunión que mantuvo el gobernador José Alperovich con su gabinete, se habría discutido la idea de enviar un proyecto de ley a la Legislatura o de firmar un decreto mediante el cual se le ponga un tope al horario en el que permanecen abiertas las discotecas y los drugstores. La decisión se fundamentaría en la inseguridad y en la violencia juvenil que se genera cada fin de semana, y que comenzó a preocupar más tras la muerte de Paulina Lebbos, que fue asesinada luego de pasar una noche de diversión en los bares del Abasto.
Ricardo Díaz, secretario de Servicios al Ciudadano, considera que la medida es conveniente, puesto que podría disminuir el alto consumo de alcohol de parte de los jóvenes, mientras esperan que abran los boliches, a las 3, y que en la jerga juvenil se conoce como la “cargada del tanque”. “Si hay un límite horario para los boliches, estos deberán abrir antes. Entonces, entre la cena y la llegada a la disco no habrá tanto tiempo para beber alcohol”, dijo.
La interventora del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA), Alejandra Risso Patrón, también defendió la medida. Dijo que si llega a concretarse, podría generar un cambio en la conducta social. Detalló que el consumo de alcohol entre jóvenes no disminuye y que la institución realiza un promedio de 70 clausuras de bares, drugstores y boliches en toda la provincia cada fin de semana; en la mayoría de los casos, por la venta de alcohol a menores.
Perjudicados
“Los perjudicados terminamos siendo los empresarios del sector. La función del Estado no es solamente brindar seguridad, sino educar. Acá, el problema de la noche no sólo se queda en los boliches. Si el chico pasa toda la semana en su hogar y en la escuela, no se les puede echar la culpa de los males a las discotecas, adonde sólo concurren unas horas”, lanzó Rodolfo Di Pinto, presidente de la Cámara de Propietarios de Discotecas y Afines de Tucumán. Gerardo Giménez, propietario de un drugstore en 25 de Mayo y San Juan, también se quejó: “a nosotros nos perjudican económicamente. El IPLA no nos deja vender alcohol después de las 23 y ahora nos quieren obligar a cerrar. No sé cómo voy a hacer para manejarlo”, protestó.
Quienes tampoco están de acuerdo con la idea del límite a la movida nocturna son los jóvenes. “Va a ser un bajón, porque uno sale y pasa un rato con los amigos antes de ir a bailar. Lo bueno del fin de semana es volver cuando está saliendo el sol”, opinó Natalia Fernández, una adolescente. Ivana López y su novio, Benjamín Jiménez, sostuvieron que ponerles un tope horario a los boliches es una actitud dictatorial que ataca las libertades de los jóvenes.
“Aún no decidimos nada. Antes de tomar una determinación, escucharemos a todas las partes”, comentó López Herrera. Según trascendió, el proyecto establecería que los boliches cerrarán a las 3, y los drugstores, a las 4. La medida ya empezó a generar controversia en distintos sectores relacionados con la noche tucumana.
En una reunión que mantuvo el gobernador José Alperovich con su gabinete, se habría discutido la idea de enviar un proyecto de ley a la Legislatura o de firmar un decreto mediante el cual se le ponga un tope al horario en el que permanecen abiertas las discotecas y los drugstores. La decisión se fundamentaría en la inseguridad y en la violencia juvenil que se genera cada fin de semana, y que comenzó a preocupar más tras la muerte de Paulina Lebbos, que fue asesinada luego de pasar una noche de diversión en los bares del Abasto.
Ricardo Díaz, secretario de Servicios al Ciudadano, considera que la medida es conveniente, puesto que podría disminuir el alto consumo de alcohol de parte de los jóvenes, mientras esperan que abran los boliches, a las 3, y que en la jerga juvenil se conoce como la “cargada del tanque”. “Si hay un límite horario para los boliches, estos deberán abrir antes. Entonces, entre la cena y la llegada a la disco no habrá tanto tiempo para beber alcohol”, dijo.
La interventora del Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA), Alejandra Risso Patrón, también defendió la medida. Dijo que si llega a concretarse, podría generar un cambio en la conducta social. Detalló que el consumo de alcohol entre jóvenes no disminuye y que la institución realiza un promedio de 70 clausuras de bares, drugstores y boliches en toda la provincia cada fin de semana; en la mayoría de los casos, por la venta de alcohol a menores.
Perjudicados
“Los perjudicados terminamos siendo los empresarios del sector. La función del Estado no es solamente brindar seguridad, sino educar. Acá, el problema de la noche no sólo se queda en los boliches. Si el chico pasa toda la semana en su hogar y en la escuela, no se les puede echar la culpa de los males a las discotecas, adonde sólo concurren unas horas”, lanzó Rodolfo Di Pinto, presidente de la Cámara de Propietarios de Discotecas y Afines de Tucumán. Gerardo Giménez, propietario de un drugstore en 25 de Mayo y San Juan, también se quejó: “a nosotros nos perjudican económicamente. El IPLA no nos deja vender alcohol después de las 23 y ahora nos quieren obligar a cerrar. No sé cómo voy a hacer para manejarlo”, protestó.
Quienes tampoco están de acuerdo con la idea del límite a la movida nocturna son los jóvenes. “Va a ser un bajón, porque uno sale y pasa un rato con los amigos antes de ir a bailar. Lo bueno del fin de semana es volver cuando está saliendo el sol”, opinó Natalia Fernández, una adolescente. Ivana López y su novio, Benjamín Jiménez, sostuvieron que ponerles un tope horario a los boliches es una actitud dictatorial que ataca las libertades de los jóvenes.