17 Abril 2006
Pasaron 50 días desde que Paulina Lebbos desapareció, el 26 de febrero, luego de haber estado en un bar de la zona del Abasto. Fueron decenas de versiones las que se hicieron conocer sobre la suerte de la estudiante y sobre el o los autores del homicidio, hecho confirmado luego de que se encontró el cuerpo en un zanjón, a la vera de la ruta 341, en Tapia.
Pero, según aceptan los investigadores, hasta el momento sólo hay dos hipótesis sobre las que se trabaja. Una tiene como protagonista al remisero que ese día la llevó junto a su amiga Virginia Mercado, quien se bajó en calle La Rioja al 400. La otra se centra en un crimen pasional, por lo que uno de los sospechosos es César Soto, el novio de Paulina, a cuya casa, en Estados Unidos al 1.200, iba esa mañana la estudiante de Comunicación Social.
Los investigadores creen que si el asesino es el remisero, encontrarlo será muy difícil. Razonan que sólo él puede saber qué pasó, cómo la mató y cuándo tiró el cadáver. Sostienen que si este hombre no se quiebra y le cuenta a otro lo sucedido, o se presenta espontáneamente, revelar su identidad será una misión imposible.
Al contrario, creen que si todo se centró en un crimen pasional, hay posibilidades de que el caso se resuelva. Es por eso que todos los allanamientos y las medidas que se realizaron en las últimas horas están relacionados con esto (probar la presunta relación de Soto con los Nieva y con González), pero hasta el momento la pista es muy débil.
Pero, según aceptan los investigadores, hasta el momento sólo hay dos hipótesis sobre las que se trabaja. Una tiene como protagonista al remisero que ese día la llevó junto a su amiga Virginia Mercado, quien se bajó en calle La Rioja al 400. La otra se centra en un crimen pasional, por lo que uno de los sospechosos es César Soto, el novio de Paulina, a cuya casa, en Estados Unidos al 1.200, iba esa mañana la estudiante de Comunicación Social.
Los investigadores creen que si el asesino es el remisero, encontrarlo será muy difícil. Razonan que sólo él puede saber qué pasó, cómo la mató y cuándo tiró el cadáver. Sostienen que si este hombre no se quiebra y le cuenta a otro lo sucedido, o se presenta espontáneamente, revelar su identidad será una misión imposible.
Al contrario, creen que si todo se centró en un crimen pasional, hay posibilidades de que el caso se resuelva. Es por eso que todos los allanamientos y las medidas que se realizaron en las últimas horas están relacionados con esto (probar la presunta relación de Soto con los Nieva y con González), pero hasta el momento la pista es muy débil.