14 Abril 2006
Roma/Jerusalén.- En la primera Pascua con el papa Benedicto XVI se esperaba hoy que el momento cumbre fuera en la noche de este viernes el vía crucis junto al Coliseo romano.
Para recordar el doloroso camino de Jesucristo hace 2.000 años, los peregrinos pretendían dirigirse al centro de la Ciudad Eterna alumbrados por antorchas. No está claro si Joseph Ratzinger cargará él mismo la cruz durante la ceremonia.
Ayer por la tarde se llevó a cabo la tradicional ceremonia de Jueves Santo en la cual el Papa lavó los pies de doce hombres, entre ellos varios sacerdotes, en memoria del gesto de humildad y generosidad de Jesús recogido en la Biblia.
En Jerusalén, miles de peregrinos, algunos de ellos portando cruces de madera y otros recitando versículos en latín, además de turistas y curiosos, participaron hoy en la tradicional procesión de Viernes Santo en la Ciudad Vieja. "Vino bastante más gente que en años anteriores", aseguró un participante.
Entre los creyentes había numerosos diplomáticos extranjeros. La procesión, encabezada por el arzobispo y nuncio apostólico Antonio Franco, comenzó cerca de un colegio, próximo a la Puerta del León en el barrio musulmán, donde según la tradición católica Jesús fue condenado a muerte.
La marcha prosiguió a lo largo de doce estaciones por la Vía Dolorosa, por donde según la creencia católica Jesús pasó antes de ser crucificado, hasta llegar a la Iglesia del Santo Sepulcro, donde Jesús fue enterrado.
El patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, encabezó en la mañana una pequeña procesión, de unas pocas decenas de peregrinos, a través de la Vía Dolorosa, en medio de fuertes medidas de seguridad de parte de la policía israelí.
Debido a ellas sólo pocos cristianos pudieron viajar desde Cisjordania a la ceremonia en Jerusalén. En Roma había hoy clima primaveral. El punto culminante del aniversario es el domingo, cuando tras la misa en la Plaza de San Pedro el Papa imparte la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mund).
Fieles de todo el mundo enviaron por Internet sus felicitaciones a Benedicto XVI, que cumple 79 años el domingo de Pascua. Las felicitaciones llegaron de América del Norte y del Sur, pero también de Africa y Asia. La mayoría, sin embargo, procedieron de Alemania y en especial de Baviera.
Una y otra vez le desean un largo pontificado. Hay mensajes en latín, un idioma que el Papa Ratzinger domina a la perfección.
Otros explican que han llegado a la fe católica a través de Benedicto XVI. En Filipinas, miles de devotos católicos y turistas se dieron cita esta mañana en la localidad de Cutud, en el norte del país, para contemplar las crucifixiones de once penitentes, que fueron clavados a sendas cruces de madera, en un ceremonial que cada año recuerda, para los creyentes, la muerte de Jesucristo.
Cerca de 30.000 personas vieron este año la sangrienta crucifixión en esa población, situada en las afueras de la ciudad de San Fernando, a unos 75 kilómetros al norte de la capital, Manila.
En una recreación de la procesión de Jesús, decenas de fieles portando la cruz, encadenados y descalzos, se fustigaron con ramas de bambú como signo de penitencia mientras la procesión se encaminaba hacia el lugar de las crucifixiones.
Aunque la Iglesia Católica no ve con agrado este rito, no ha hecho excesivos esfuerzos por impedir que se siga realizando puntualmente cada año, opinan analistas locales. (DPA)
Para recordar el doloroso camino de Jesucristo hace 2.000 años, los peregrinos pretendían dirigirse al centro de la Ciudad Eterna alumbrados por antorchas. No está claro si Joseph Ratzinger cargará él mismo la cruz durante la ceremonia.
Ayer por la tarde se llevó a cabo la tradicional ceremonia de Jueves Santo en la cual el Papa lavó los pies de doce hombres, entre ellos varios sacerdotes, en memoria del gesto de humildad y generosidad de Jesús recogido en la Biblia.
En Jerusalén, miles de peregrinos, algunos de ellos portando cruces de madera y otros recitando versículos en latín, además de turistas y curiosos, participaron hoy en la tradicional procesión de Viernes Santo en la Ciudad Vieja. "Vino bastante más gente que en años anteriores", aseguró un participante.
Entre los creyentes había numerosos diplomáticos extranjeros. La procesión, encabezada por el arzobispo y nuncio apostólico Antonio Franco, comenzó cerca de un colegio, próximo a la Puerta del León en el barrio musulmán, donde según la tradición católica Jesús fue condenado a muerte.
La marcha prosiguió a lo largo de doce estaciones por la Vía Dolorosa, por donde según la creencia católica Jesús pasó antes de ser crucificado, hasta llegar a la Iglesia del Santo Sepulcro, donde Jesús fue enterrado.
El patriarca latino de Jerusalén, Michel Sabbah, encabezó en la mañana una pequeña procesión, de unas pocas decenas de peregrinos, a través de la Vía Dolorosa, en medio de fuertes medidas de seguridad de parte de la policía israelí.
Debido a ellas sólo pocos cristianos pudieron viajar desde Cisjordania a la ceremonia en Jerusalén. En Roma había hoy clima primaveral. El punto culminante del aniversario es el domingo, cuando tras la misa en la Plaza de San Pedro el Papa imparte la bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mund).
Fieles de todo el mundo enviaron por Internet sus felicitaciones a Benedicto XVI, que cumple 79 años el domingo de Pascua. Las felicitaciones llegaron de América del Norte y del Sur, pero también de Africa y Asia. La mayoría, sin embargo, procedieron de Alemania y en especial de Baviera.
Una y otra vez le desean un largo pontificado. Hay mensajes en latín, un idioma que el Papa Ratzinger domina a la perfección.
Otros explican que han llegado a la fe católica a través de Benedicto XVI. En Filipinas, miles de devotos católicos y turistas se dieron cita esta mañana en la localidad de Cutud, en el norte del país, para contemplar las crucifixiones de once penitentes, que fueron clavados a sendas cruces de madera, en un ceremonial que cada año recuerda, para los creyentes, la muerte de Jesucristo.
Cerca de 30.000 personas vieron este año la sangrienta crucifixión en esa población, situada en las afueras de la ciudad de San Fernando, a unos 75 kilómetros al norte de la capital, Manila.
En una recreación de la procesión de Jesús, decenas de fieles portando la cruz, encadenados y descalzos, se fustigaron con ramas de bambú como signo de penitencia mientras la procesión se encaminaba hacia el lugar de las crucifixiones.
Aunque la Iglesia Católica no ve con agrado este rito, no ha hecho excesivos esfuerzos por impedir que se siga realizando puntualmente cada año, opinan analistas locales. (DPA)
Lo más popular