14 Abril 2006
El arzobispo de Buenos Aires, primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, instó a los sacerdotes a “despojarse de los egoísmos, del sueño de poder y de la vanidad eclesiástica para ponerse al servicio de los demás”. También lavó los pies de 12 niños con padecimientos crónicos del Hospital Gutiérrez. Con este acto dio inicio a las ceremonias del Triduo Pascual. Bergoglio presidirá hoy, a partir de las 20.30, el Vía Crucis por la Avenida de Mayo.
En la catedral de San Juan de Letrán, en Roma, miles de personas se reunieron para escuchar al papa Benedicto XVI. Con la celebración de la Cena del Señor, el Pontífice celebró ayer por la tarde la primera ceremonia de Semana Santa de su papado. Allí lavó los pies a 12 hombres, una acción para recordar lo que, según los Evangelios, hizo Cristo con sus discípulos.
El Papa consagró su homilía al amor divino. “Sólo el amor posee la fuerza purificadora que nos quita la suciedad y nos eleva a la altura de Dios”, subrayó. Por la mañana, durante la Misa Crismal del Jueves Santo en el Vaticano, el Papa recordó al sacerdote romano Andrea Santoro, asesinado el 5 de febrero en Turquía por un fanático musulmán.
Resurrección
El mensaje del arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, en la Misa Crismal, se orientó a enaltecer los lazos de fraternidad entre los religiosos. “Frente a la fragmentación de la vida, se hace cada vez más necesario sostenernos mutuamente en nuestra vocación. Hace falta reforzar los lazos de la comunión de la fraternidad”, dijo Villalba, en la misa que congregó a todo el clero de la arquidiócesis.
Al término de la misa, el arzobispo dialogó con la prensa acerca de la proximidad de la Pascua. “Los cristianos celebraremos la resurrección, pero no sólo la de Jesús, sino también la nuestra. La resurrección también debe cambiarnos a nosotros, y cambiar nuestra vida, nuestra familia y a la Nación”, dijo.
“Dios quiera que esta Pascua también nos permita el cambio que necesitamos todos, sin sectorizar. El que no tenga pecado, que tire la primera piedra. Está incluido el político, el obrero, el empleado, el docente, el sacerdote... Jesús muere y resucita para todos”, expresó.
El acto de humildad que realizó Cristo al lavar los pies de sus discípulos fue recordado también en la Catedral, durante la Misa de la Cena del Señor, que celebró anoche monseñor José Arbó, párroco de ese templo.
“Lavar los pies de los visitantes era oficio de esclavos. Por eso era comprensible que ese acto de Jesús asombrara a los apóstoles”, añadió. “Con este acto de humildad y de purificación, Cristo nos dice que se requiere estar limpio para tomar la Comunión”, expresó.
En la catedral de San Juan de Letrán, en Roma, miles de personas se reunieron para escuchar al papa Benedicto XVI. Con la celebración de la Cena del Señor, el Pontífice celebró ayer por la tarde la primera ceremonia de Semana Santa de su papado. Allí lavó los pies a 12 hombres, una acción para recordar lo que, según los Evangelios, hizo Cristo con sus discípulos.
El Papa consagró su homilía al amor divino. “Sólo el amor posee la fuerza purificadora que nos quita la suciedad y nos eleva a la altura de Dios”, subrayó. Por la mañana, durante la Misa Crismal del Jueves Santo en el Vaticano, el Papa recordó al sacerdote romano Andrea Santoro, asesinado el 5 de febrero en Turquía por un fanático musulmán.
Resurrección
El mensaje del arzobispo de Tucumán, monseñor Luis Villalba, en la Misa Crismal, se orientó a enaltecer los lazos de fraternidad entre los religiosos. “Frente a la fragmentación de la vida, se hace cada vez más necesario sostenernos mutuamente en nuestra vocación. Hace falta reforzar los lazos de la comunión de la fraternidad”, dijo Villalba, en la misa que congregó a todo el clero de la arquidiócesis.
Al término de la misa, el arzobispo dialogó con la prensa acerca de la proximidad de la Pascua. “Los cristianos celebraremos la resurrección, pero no sólo la de Jesús, sino también la nuestra. La resurrección también debe cambiarnos a nosotros, y cambiar nuestra vida, nuestra familia y a la Nación”, dijo.
“Dios quiera que esta Pascua también nos permita el cambio que necesitamos todos, sin sectorizar. El que no tenga pecado, que tire la primera piedra. Está incluido el político, el obrero, el empleado, el docente, el sacerdote... Jesús muere y resucita para todos”, expresó.
El acto de humildad que realizó Cristo al lavar los pies de sus discípulos fue recordado también en la Catedral, durante la Misa de la Cena del Señor, que celebró anoche monseñor José Arbó, párroco de ese templo.
“Lavar los pies de los visitantes era oficio de esclavos. Por eso era comprensible que ese acto de Jesús asombrara a los apóstoles”, añadió. “Con este acto de humildad y de purificación, Cristo nos dice que se requiere estar limpio para tomar la Comunión”, expresó.
EL VIA CRUCIS
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