Demuelen el puente viejo y acondicionan el ferroviario

En medio de una polémica suscitada por los fondos enviados para las obras, el intendente de Embarcación, Alfredo Miguel Llaya, asegura que sólo recibió $ 150.000 de la Provincia y que, con recursos municipales, se realizarán los trabajos proyectados.
La Nación ya contrató a la empresa ECAS SA para que haga un nuevo puente carretero. La firma inició las tareas de demolición de la antigua estructura, y se estima que a fines de este año estará concluido el nuevo paso. Un detalle para tener en cuenta es que, como consecuencia de la creciente, el lecho del río se ensanchó unos 30 metros.
En tanto, la Municipalidad de Embarcación comenzó trabajos para entablonar el puente ferroviario de manera que puedan pasar vehículos livianos y de porte mediano. Según explicó Llaya, la obra concluirá en unos días. Se trabaja para reforzar los durmientes y añadir otros -de quebracho blanco- de modo de ampliar la trocha del puente. Esto no impedirá que siga pasando el tren, que lo hace con escasa frecuencia. El presupuesto previsto asciende a $ 318.000.
A su vez, Vialidad provincial empezará, cuando el tiempo lo permita, a realizar otro badén donde estaba el puente Bailey. Cuando este se haya concluido habrá dos: por uno circulará el tránsito en dirección norte-sur, y por el otro, a la inversa.
Actualmente, los vehículos tienen que esperan entre media hora y una hora para poder pasar, tanto en una orilla como en la otra.



• Rolando Hipólito Martínez  esperaba, junto a otros colegas de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, para cruzar el río Seco. Se dirigían a una feria internacional en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. “Esta demora es una complicación. Sin embargo, más vergonzoso me parece lo de los piqueteros. En Jujuy (departamento Libertador San Martín) pasamos por siete piquetes y en todos tuvimos que dejar plata”, se quejó.

“Vivimos en Tartagal y tuvimos que viajar a Salta por cuestiones familiares. Cuando nos fuimos, pasamos por el puente Bailey y ahora vemos que ya no está. No sé hasta cuándo va a seguir esta situación. Las cosas se han encarecido mucho en Tartagal”, dijo Teresa Sánchez.
• “Yo hago fumigaciones en los campos. Vivo en Coronel Cornejo, pero tengo las máquinas en Pichanal. Es un gran problema para mí trasladar las máquinas y los empleados a través de este río sin puente”, indicó Leandro Scarabotti.

• “Aquí tienen que hacer como en Bolivia: habilitar el puente ferroviario para que pasen los camiones y las ambulancias, y no estemos tan aislados”, expresó Juan Angel Rivadeneira, residente en Tartagal que se dedica a la compra y venta de autos. Su compañero de viaje, Alfredo Zalazar, admitió que suele faltar el pan, entre otras mercaderías, en Tartagal. “Yo tengo una panadería, y hace cuatro días que no llegan los camiones con harina. No puedo producir”, se lamentó.