20 Marzo 2006
CONCEPCION.- La inseguridad marcha sobre cuatro ruedas en el interior tucumano. Con la promulgación, hace más de un año, de la ley que rige el funcionamiento del Transporte Rural Compartido, se estableció un cupo para 1.700 autos. Sin embargo, en toda la provincia apenas unos 130 transportistas obtuvieron licencia.
Así las cosas, las autoridades informaron que por las rutas del interior circulan unos 2.500 "piratas", la mayoría con unidades antiguas, sin control técnico e identificación y choferes no individualizados por los inspectores que controlan el transporte público de pasajeros.
Aunque los usuarios en el momento de viajar optan por conductores conocidos, a veces la urgencia de llegar a destino los obligan a abandonar esa preferencia. El transporte legal está lejos de cubrir la demanda de traslado e incluso es tan inseguro como los ilegales. Dispone también de unidades viejas y que no cumplen los horarios de salida ni de llegada.
A la deriva
En medio de este caos, la gente viaja en lo que encuentra a mano. "Uno a veces tiene compromisos urgentes y, empujado por la necesidad de llegar a destino, sube a vehículos deplorables y deposita su vida en un chofer que no conoce. Esta es una realidad propia del descontrol y de la falta de acción política ante un problema que tiene que ver con la seguridad de miles de personas que se movilizan en un sistema de transporte que marcha a la deriva", se queja Gladis Reinoso, de la localidad de Alberdi.
"A veces, una no sabe qué clase de tipo es el que maneja y termina siendo objetos de insinuaciones u otras actitudes propias de un abuso. A mí, eso me ocurrió en una oportunidad, por lo que ahora prefiero viajar en ómnibus, aunque tenga que estar esperando horas", reveló Gabriela C., de la "Perla del Sur".
A Concepción ingresan, a diario, unos 800 ilegales con pasajeros de otras ciudades o poblaciones rurales. La intendencia implementa un programa tendiente a procurar la regularización de estos transportistas.
Pero esta iniciativa le está dando muchos dolores de cabeza al intendente Osvaldo Morelli frente a la reticencia de ajustarse a la ordenanza que rige el transporte público.
"Este es un problema que me preocupa porque tiene que ver con la seguridad de los ciudadanos. En el tema estamos avanzando lentamente y creo que podremos alcanzar nuestro objetivo de regularizar, por lo menos, más del 70 % de los transportistas", indicó el jefe comunal.
"Nosotros estamos colaborando y queremos estar dentro de lo que exige la ley. Tratamos de mejorar y queremos tener identificados todos los vehículos, porque así es más seguro para el pasajero. En la capital, de noche, cualquiera pone una cinta y sale a trabajar como remise. Hace falta que todos estemos identificados", dijo Aldo Vera, presidente de la Cooperativa de autos rurales de Santa Rita, de Cruz Alta. (C)
Así las cosas, las autoridades informaron que por las rutas del interior circulan unos 2.500 "piratas", la mayoría con unidades antiguas, sin control técnico e identificación y choferes no individualizados por los inspectores que controlan el transporte público de pasajeros.
Aunque los usuarios en el momento de viajar optan por conductores conocidos, a veces la urgencia de llegar a destino los obligan a abandonar esa preferencia. El transporte legal está lejos de cubrir la demanda de traslado e incluso es tan inseguro como los ilegales. Dispone también de unidades viejas y que no cumplen los horarios de salida ni de llegada.
A la deriva
En medio de este caos, la gente viaja en lo que encuentra a mano. "Uno a veces tiene compromisos urgentes y, empujado por la necesidad de llegar a destino, sube a vehículos deplorables y deposita su vida en un chofer que no conoce. Esta es una realidad propia del descontrol y de la falta de acción política ante un problema que tiene que ver con la seguridad de miles de personas que se movilizan en un sistema de transporte que marcha a la deriva", se queja Gladis Reinoso, de la localidad de Alberdi.
"A veces, una no sabe qué clase de tipo es el que maneja y termina siendo objetos de insinuaciones u otras actitudes propias de un abuso. A mí, eso me ocurrió en una oportunidad, por lo que ahora prefiero viajar en ómnibus, aunque tenga que estar esperando horas", reveló Gabriela C., de la "Perla del Sur".
A Concepción ingresan, a diario, unos 800 ilegales con pasajeros de otras ciudades o poblaciones rurales. La intendencia implementa un programa tendiente a procurar la regularización de estos transportistas.
Pero esta iniciativa le está dando muchos dolores de cabeza al intendente Osvaldo Morelli frente a la reticencia de ajustarse a la ordenanza que rige el transporte público.
"Este es un problema que me preocupa porque tiene que ver con la seguridad de los ciudadanos. En el tema estamos avanzando lentamente y creo que podremos alcanzar nuestro objetivo de regularizar, por lo menos, más del 70 % de los transportistas", indicó el jefe comunal.
"Nosotros estamos colaborando y queremos estar dentro de lo que exige la ley. Tratamos de mejorar y queremos tener identificados todos los vehículos, porque así es más seguro para el pasajero. En la capital, de noche, cualquiera pone una cinta y sale a trabajar como remise. Hace falta que todos estemos identificados", dijo Aldo Vera, presidente de la Cooperativa de autos rurales de Santa Rita, de Cruz Alta. (C)
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