A 21 años de una hazaña

- ¿Qué recuerda de su primer título?
- Me acuerdo como si hubiese sido ayer. Llegué con mucha confianza, ya que había ganado tres torneos de 10.000 dólares previamente. Como "Gaby" era la preclasificada número uno, fueron muchísimos periodistas argentinos.

- ¿Pensó que podía ganar?
- La verdad, me conformaba con pasar una ronda, porque venía de la clasificación. Tenía un cuadro complicado; sin embargo en el camino le gané a la cuarta preclasificada y después el triunfo sobre "Gaby" fue la gran sorpresa. A los periodistas, entre ellos, Gonzalo Bonadeo, Guillermo Salatino y Juan José Moro, les prometí que si llegaba a la final los invitaba a comer; después les dije que si ganaba el título repartía el premio. Por supuesto, el premio no lo repartí, pero la comida sí la pagué.

- ¿Qué significó ganar ese título y ser la primera argentina en conseguirlo?
- Fue muy lindo y lo valoré aún más cuando me retiré. Un día jugaba con mi sobrino a las "Preguntas y Respuestas" y una de las preguntas del juego era: ¿quién fue la primera argentina en ganar un título en tenis?. Mi sobrino, sorprendido, me dice: "tía, está tu nombre, fuiste vos". Eso nadie me lo va a quitar, sobre todo porque en ese momento era una de las pocas jugadoras que obtuvo un título viniendo de la clasificación.

- En ese torneo también ganó el dobles con Sabatini. ¿Eso ayudó a que no le haya dolido ganarle en singles?
- Puede ser, pero mi triunfo en semifinales repercutió en nuestra amistad.

- ¿En qué sentido afectó la amistad?
- Todos hablaban de que yo era su hermana mayor, y su papá le aconsejaba que, de alguna manera, eso se tenía que cortar, si no nunca me iba a poder ganar. Después de jugar en San Pablo, en algunas actitudes, empezamos a tener más distancia y comenzamos a ser rivales, pero con el tiempo volvimos a hacernos amigas.

- Cuando terminó la final, ¿que hizo?
- Tengo una foto: yo estoy mirando al piso, levantando los brazos. Mi rival en la final (Laura Arraya) había sido pupila de Patricio Apey que, en ese momento, me entrenaba a mí. Entonces, la motivación era extra porque Apey quería que le gane. El triunfo fue como un sueño; no pensé que lo lograría.
Apey conocía el juego de Arraya y le reveló a Paz los detalles necesarios para que "Mecha" pudiera derrotarla. El resultado fue 5-7, 6-1 y 6-4. El certamen se jugaba en una cancha de polvo de ladrillo cubierta, y según los comentarios de Paz, esa semana fue muy lluviosa y le fue imposible conocer la ciudad por la gran actividad que debió desarrollar.( producción periodística Mariana Apud)

- Y los periodistas, ¿qué dijeron de su triunfo?
- Si bien todos iban para ver la consagración de "Gaby", lo mismo se pusieron muy contentos porque no había ganado Sabatini, pero sí la tucumana.

Cuando "Mecha" nos sorprendió a todos
Por Juan Jose Moro (periodista especializado en tenis)
Ya convertida en una promesa de estrella, "Gaby" Sabatini entró directamente al torneo de San Pablo, en tanto que "Mecha" debía pasar por el duro filtro de la clasificación. Paz lo logró y accedió al cuadro principal, con toda la fe y la confianza de quien gana jugando bien.
Era injusto pensar en voz alta y decir que ya estaba bien, que Gabriela era la favorita y que llegar a la semifinal sería un gran logro. "Y qué me dicen si gano el torneo?", soltó con su sonrisa inocente Mecha. "Y por qué no", le contestamos, pero en ese caso tenía que comprometerse a festejarlo con una cena e invitarnos a los periodistas argentinos.
Mercedes cerró el trato. Aunque para disfrutar de esa comida, había, entre otros, un obstáculo llamado Gabriela Sabatini. Mercedes llegó a la semifinal. ¿Y quien estaba enfrente? La misma Sabatini que había provocado nuestro viaje.
Fue un partido extraño, con más errores que de costumbre, jugado inteligentemente por Paz, en tanto que a "Gaby" se la veía muy incómoda. La tucumana vio que podía y tuvo más resolución en los puntos más importantes. Ganó Mercedes por 6-4 y 6-3, y el entrenador chileno de Gabriela, Patricio Apey, intentó la explicación picológica del partido: "es que a Gabriela no le gusta enfrentarse con sus compatriotas... Ve la bandera argentina enfrente y el rendimiento se viene abajo".
Lo cierto es que ante la argentina nacionalizada peruana, Laura Arraya, más experimentada en el circuito, Paz demostró que lo suyo no era casual y el 5-7, 6-1 y 6-4 señaló que su primer título grande había sido tan esforzado como merecido. Fuimos a ver ganar a Gabriela, pero fuimos testigos del éxito de Mercedes.
El festejo se hizo y comimos con la campeona. No recuerdo si efectivamente ella pagó la cuenta. De todos modos, si no fue así, en Tucumán, cualquier día, podemos tomarnos la revancha.