14 Marzo 2006
El padre de Paulina Lebbos, la joven estudiante cuyo cuerpo fue hallado en Tapia después de haber sido buscada durante 14 días, dijo hoy que todos son sospechosos por la muerte de su hija. "Ahora más que nunca, somos todos sospechosos", declaró el subsecretario de la Juventud de la provincia, Alberto Lebbos, quien además solicitó que se agoten todas las instancias investigativas.
"Ella era un ángel... una dulzura. Quiero que los asesinos paguen por lo que hicieron. Con mi abogado estamos permanentemente pidiendo algunas medidas y que se profundicen todas las líneas investigativas, porque hay un asesino suelto en las calles tucumanas", añadió el padre de la víctima.
La estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Tucumán desapareció el 26 de febrero. Junto a una amiga, abordó un remise Fiat Duna color bordó, en la zona del ex Mercado de Abasto. Su compañera, Virginia Mercado, descendió antes y Paulina siguió viaje hasta la casa de su novio, César Soto. Pero nunca llegó.
"Las chicas pasaron una noche tranquila. Se habían divertido. Pero entre el lugar en que se bajó Virginia y el lugar al que debió ir Paulina hay 20 cuadras de diferencia... Su amiga declaró que el remisero parecía una persona normal", añadió, desconcertado, Lebbos.
Finalmente, el padre desvinculó el hecho a su hija con su trabajo en la función pública provincial.
"Ella era un ángel... una dulzura. Quiero que los asesinos paguen por lo que hicieron. Con mi abogado estamos permanentemente pidiendo algunas medidas y que se profundicen todas las líneas investigativas, porque hay un asesino suelto en las calles tucumanas", añadió el padre de la víctima.
La estudiante de Comunicación Social de la Universidad de Tucumán desapareció el 26 de febrero. Junto a una amiga, abordó un remise Fiat Duna color bordó, en la zona del ex Mercado de Abasto. Su compañera, Virginia Mercado, descendió antes y Paulina siguió viaje hasta la casa de su novio, César Soto. Pero nunca llegó.
"Las chicas pasaron una noche tranquila. Se habían divertido. Pero entre el lugar en que se bajó Virginia y el lugar al que debió ir Paulina hay 20 cuadras de diferencia... Su amiga declaró que el remisero parecía una persona normal", añadió, desconcertado, Lebbos.
Finalmente, el padre desvinculó el hecho a su hija con su trabajo en la función pública provincial.
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