14 Marzo 2006
CONSTERNADOS. Alberto Lebbos, el padre de la víctima, arroja tierra sobre el féretro. Miles de personas acompañaron a la familia. LA GACETA / HECTOR PERALTA
El grito de "justicia" retumbó en el cementerio Jardín del Cielo, en Alderetes, donde ayer una multitud despidió a la joven Paulina Lebbos, que apareció muerta el sábado a la noche.
Miles de personas se acercaron al velatorio y concurrieron al sepelio, donde se vivieron escenas desgarradoras. "No voy a bajar los brazos; voy para buscar a los responsables de esto, para que paguen por lo que hicieron", dijo Alberto Lebbos, padre de la víctima. Los allegados a la familia describieron a Paulina como una chica excelente, llena de vida. El novio de la joven, César Soto, lloró porque no lo dejaron despedirse de la muchacha. "No puedo creer que sea ella", dijo. Nadie sabe aún quién estranguló a la joven, que había desaparecido el 26 de febrero, luego de salir de un bar de la zona del ex Abasto. Los investigadores buscan al remisero que la llevaba hasta la casa de Soto. En principio, fue la última persona que la vio con vida. Se cree que fue él mismo que la mató y luego arrojó el cuerpo a un zanjón en la zona de Tapia. Emilio Mrad, abogado de Lebbos, pidió mayor responsabilidad a los investigadores. El gobernador José Alperovich, en tanto, prometió encontrar al asesino. "No cejaré hasta encontrar al responsable de la muerte", aseguró.
Miles de personas se acercaron al velatorio y concurrieron al sepelio, donde se vivieron escenas desgarradoras. "No voy a bajar los brazos; voy para buscar a los responsables de esto, para que paguen por lo que hicieron", dijo Alberto Lebbos, padre de la víctima. Los allegados a la familia describieron a Paulina como una chica excelente, llena de vida. El novio de la joven, César Soto, lloró porque no lo dejaron despedirse de la muchacha. "No puedo creer que sea ella", dijo. Nadie sabe aún quién estranguló a la joven, que había desaparecido el 26 de febrero, luego de salir de un bar de la zona del ex Abasto. Los investigadores buscan al remisero que la llevaba hasta la casa de Soto. En principio, fue la última persona que la vio con vida. Se cree que fue él mismo que la mató y luego arrojó el cuerpo a un zanjón en la zona de Tapia. Emilio Mrad, abogado de Lebbos, pidió mayor responsabilidad a los investigadores. El gobernador José Alperovich, en tanto, prometió encontrar al asesino. "No cejaré hasta encontrar al responsable de la muerte", aseguró.
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