01 Marzo 2006
Buenos Aires.- En su descargo final, el suspendido jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, denunció ayer ante la Sala Juzgadora de la Legislatura que la oposición busca dar un golpe institucional promoviendo su destitución a raíz de la tragedia de Cromagnon.
El suspendido funcionario, que comenzó su descargo cerca de las 18.30, fue subiendo progresivamente el tono de su declaración y de sus acusaciones; especialmente, cuando apuntó contra los fiscales del proceso, los legisladores Rubén Devoto, Jorge San Martino y Jorge Enríquez.
A partir de allí, cada vez que se refirió a los fiscales del proceso lo hizo utilizando duras expresiones. “Este juicio solamente sintoniza con los intereses de un sector político que quiere la destitución del jefe de Gobierno, y esto es un golpe institucional”, acusó Ibarra.
El suspendido funcionario dedicó una extensa parte de su presentación para defender su decisión de reformar todo el cuerpo de inspectores de la Ciudad.
Luego comenzó la parte más dura de su descargo, durante la cual acusó a los legisladores que lo juzgarán de permitir y consentir intimidaciones, violencia y amenazas durante el juicio.
Esa parte de su discurso se constituyó en el momento más tenso de la tarde, cuando señaló que se amenazó de muerte a sus dos hijos menores. Esos dichos provocaron la reacción de los familiares de las víctimas de la tragedia, quienes fueron instados a desalojar el recinto.
Así comenzaron los 20 minutos más tensos de toda la sesión: la Policía empujaba a los familiares afuera del recinto, quienes se retiraban entre gritos, llantos e insultos hacia Ibarra.
Finalmente, el suspendido funcionario retomó su testimonio y, con un tono mucho más sereno, pidió disculpas a todos los padres y familiares. (NA)
El suspendido funcionario, que comenzó su descargo cerca de las 18.30, fue subiendo progresivamente el tono de su declaración y de sus acusaciones; especialmente, cuando apuntó contra los fiscales del proceso, los legisladores Rubén Devoto, Jorge San Martino y Jorge Enríquez.
A partir de allí, cada vez que se refirió a los fiscales del proceso lo hizo utilizando duras expresiones. “Este juicio solamente sintoniza con los intereses de un sector político que quiere la destitución del jefe de Gobierno, y esto es un golpe institucional”, acusó Ibarra.
El suspendido funcionario dedicó una extensa parte de su presentación para defender su decisión de reformar todo el cuerpo de inspectores de la Ciudad.
Luego comenzó la parte más dura de su descargo, durante la cual acusó a los legisladores que lo juzgarán de permitir y consentir intimidaciones, violencia y amenazas durante el juicio.
Esa parte de su discurso se constituyó en el momento más tenso de la tarde, cuando señaló que se amenazó de muerte a sus dos hijos menores. Esos dichos provocaron la reacción de los familiares de las víctimas de la tragedia, quienes fueron instados a desalojar el recinto.
Así comenzaron los 20 minutos más tensos de toda la sesión: la Policía empujaba a los familiares afuera del recinto, quienes se retiraban entre gritos, llantos e insultos hacia Ibarra.
Finalmente, el suspendido funcionario retomó su testimonio y, con un tono mucho más sereno, pidió disculpas a todos los padres y familiares. (NA)
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