21 Febrero 2006
PROTESTA. Empleados de la Maternidad exigieron que se cumpla su derecho de tener dónde dejar a sus hijos mientras trabajan. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
Personal de la Maternidad inició ayer una protesta por el traspaso de la guardería Rayito de Sol, ubicada en San Martín al 1.500, a manos de una cooperativa formada por las docentes que trabajan allí. Los sanitaristas, que cortaron el tránsito en avenida Mate de Luna, exigen que se les devuelva el local que fue creado para sus hijos.
“Pedimos que la guardería vuelva a pertenecer a la Maternidad, como ocurre en los hospitales del Niño Jesús y Centro de Salud”, dijo la presidenta de la comisión de padres, Mirta Ortiz, empleada de la Maternidad.
El reclamo se basa en una ley promulgada en la década del 80, por la que se disponía que en toda repartición pública o empresa en la que trabajen más de 50 mujeres debía crearse una guardería para los hijos de las empleadas.
“El edificio se hizo a través de Construcciones Escolares, con fondos de la Nación. La cuota que pagábamos era para el sueldo de las cuidadoras. Ahora quieren cobrarnos $25 de inscripción y cuotas mensuales de $ 60, porque nuestros bebés se quedan más tiempo que los otros niños debido a nuestra modalidad de trabajo ”, dijo Ortiz. Patricia Peralta, otra empleada de la Maternidad, se quejó porque la guardería está cerrada. “Tuvimos que dejar a los chicos en la sala de Patología, donde hay elementos contaminantes”, señaló. Silvia Graciela Neder, presidenta de la cooperativa de trabajo que administra la guardería, le dijo a LA GACETA que, por el momento, no se reciben bebés porque se está refaccionando el local.
Neder comentó que el conflicto se generó el año pasado. En ese momento, intervino la Defensoría del Pueblo, que dio un plazo de 10 meses para que una comisión mixta de padres empleados de la Maternidad y padres de la comunidad encontraran una solución. “Pero nada se hizo. Las docentes y algunos padres pedimos a la Comisión Provincial de Padres que ayudaran en esta tarea. Con la colaboración del Ipacym, de la Municipalidad y de la Defensoría del Pueblo, se encontró una salida al problema”, dijo.
Despidos injustificados
La docente contó que antes se pagaba por la guardería hasta $ 60 pesos mensuales y que a los chicos se les daba de comer el mismo alimento que a las embarazadas, aun cuando los padres abonaban el servicio de comida. “La asistente social de la Maternidad contrataba y echaba a las docentes a su antojo. Incluso llegó a despedir a algunas maestras porque estaban embarazadas”, advirtió.
Las docentes formaron una cooperativa de trabajo a través del Ipacym. En enero, obtuvieron un permiso provisorio -decreto 4074- de la intendencia, hasta junio de 2006, para ocupar el local ubicado en una sección del terreno de propiedad municipal. El subsecretario de Gobierno, Walter Berarducci, le confirmó a LA GACETA que es un permiso precario para que siga funcionando la guardería Rayito de Sol.
“Pedimos que la guardería vuelva a pertenecer a la Maternidad, como ocurre en los hospitales del Niño Jesús y Centro de Salud”, dijo la presidenta de la comisión de padres, Mirta Ortiz, empleada de la Maternidad.
El reclamo se basa en una ley promulgada en la década del 80, por la que se disponía que en toda repartición pública o empresa en la que trabajen más de 50 mujeres debía crearse una guardería para los hijos de las empleadas.
“El edificio se hizo a través de Construcciones Escolares, con fondos de la Nación. La cuota que pagábamos era para el sueldo de las cuidadoras. Ahora quieren cobrarnos $25 de inscripción y cuotas mensuales de $ 60, porque nuestros bebés se quedan más tiempo que los otros niños debido a nuestra modalidad de trabajo ”, dijo Ortiz. Patricia Peralta, otra empleada de la Maternidad, se quejó porque la guardería está cerrada. “Tuvimos que dejar a los chicos en la sala de Patología, donde hay elementos contaminantes”, señaló. Silvia Graciela Neder, presidenta de la cooperativa de trabajo que administra la guardería, le dijo a LA GACETA que, por el momento, no se reciben bebés porque se está refaccionando el local.
Neder comentó que el conflicto se generó el año pasado. En ese momento, intervino la Defensoría del Pueblo, que dio un plazo de 10 meses para que una comisión mixta de padres empleados de la Maternidad y padres de la comunidad encontraran una solución. “Pero nada se hizo. Las docentes y algunos padres pedimos a la Comisión Provincial de Padres que ayudaran en esta tarea. Con la colaboración del Ipacym, de la Municipalidad y de la Defensoría del Pueblo, se encontró una salida al problema”, dijo.
Despidos injustificados
La docente contó que antes se pagaba por la guardería hasta $ 60 pesos mensuales y que a los chicos se les daba de comer el mismo alimento que a las embarazadas, aun cuando los padres abonaban el servicio de comida. “La asistente social de la Maternidad contrataba y echaba a las docentes a su antojo. Incluso llegó a despedir a algunas maestras porque estaban embarazadas”, advirtió.
Las docentes formaron una cooperativa de trabajo a través del Ipacym. En enero, obtuvieron un permiso provisorio -decreto 4074- de la intendencia, hasta junio de 2006, para ocupar el local ubicado en una sección del terreno de propiedad municipal. El subsecretario de Gobierno, Walter Berarducci, le confirmó a LA GACETA que es un permiso precario para que siga funcionando la guardería Rayito de Sol.
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