19 Febrero 2006
Las últimas dos elecciones de convencionales que se realizaron en Tucumán las ganó un partido que hoy no participará de la puja: Fuerza Republicana. El 5 de noviembre de 1989, los bussistas alcanzaron la mayoría absoluta para reformar la Constitución de la Provincia en los comicios en los que debutó la Ley de Lemas. En 1994 volvió a ganar, pero esta vez resistiendo la enmienda nacional que habilitó la reelección del ex presidente Carlos Menem.
El proceso preelectoral de 1989 estuvo marcado por la tensión, al punto que no se supo si los comicios se realizarían sino hasta cinco días antes de la fecha programada. Recién el 30 de octubre, la Corte Suprema de Justicia despejó el camino, al rechazar los planteos contra la constitucionalidad de la convocatoria.
En 1989, el justicialista José Domato ocupaba el Poder Ejecutivo, pero la interna entre distintos grupos del oficialismo era feroz. Este explosivo cóctel se completaba con problemas financieros que impedían a la Provincia cumplir hasta con el pago de sueldos a sus empleados.
La Unión Cívica Radical, en tanto, comenzaba a diluirse. Había ganado las elecciones de 1987, pero luego perdió la gobernación en el Colegio Electoral a manos del peronismo.
FR 33; el PJ, 25
En ese escenario, la reaparición de Antonio Bussi sedujo a los tucumanos. FR hizo campaña en las elecciones de constituyentes con la consigna: "Bussi gobernador", y 48 horas antes de los comicios de noviembre lanzó la candidatura de su líder para ocupar el sillón de Lucas Córdoba desde 1991.
De nada valieron los intentos de la Unión del Centro Democrático (UCD). El actual legislador Sisto Terán, por entonces candidato a diputado, repetía por todos los medios que la gente no debía ser engañada. "Bussi quiere confundir a la gente, no se elige gobernador. Se vota a quienes reformarán la Constitución", insistía.
El justicialismo se presentaba en un frente con otras fuerzas políticas (Frejupo), aunque con dos sublemas. En la capital encabezaban las listas oficialistas José Carbonell y José Toledo.
Los bussistas impulsaban una reforma de la Carta Magna para moralizar la función pública y prometían eliminar la reelección. Obtuvieron 33 de las 60 bancas en juego. El Frejupo alcanzó 25 escaños y las otras dos bancas se distribuyeron entre la UCD y el radicalismo. El tenso proceso terminó con la sanción de la Carta Magna que será reformada por quienes hoy resulten electos.
De aquella Convención -elegida bajo el sistema de voto restringido, puesto que el sufragio universal, secreto y obligatorio fue impuesto en la Argentina con la Ley Sáenz Peña en 1912- formó parte el fundador de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Juan Benjamín Terán. Este propició la inclusión en una Carta Magna, por primera vez en la Argentina, de un problema social de los trabajadores, al imponer a la Legislatura la reglamentación del trabajo y la salubridad en las fábricas y, especialmente, para las mujeres y los niños.
El proceso preelectoral de 1989 estuvo marcado por la tensión, al punto que no se supo si los comicios se realizarían sino hasta cinco días antes de la fecha programada. Recién el 30 de octubre, la Corte Suprema de Justicia despejó el camino, al rechazar los planteos contra la constitucionalidad de la convocatoria.
En 1989, el justicialista José Domato ocupaba el Poder Ejecutivo, pero la interna entre distintos grupos del oficialismo era feroz. Este explosivo cóctel se completaba con problemas financieros que impedían a la Provincia cumplir hasta con el pago de sueldos a sus empleados.
La Unión Cívica Radical, en tanto, comenzaba a diluirse. Había ganado las elecciones de 1987, pero luego perdió la gobernación en el Colegio Electoral a manos del peronismo.
FR 33; el PJ, 25
En ese escenario, la reaparición de Antonio Bussi sedujo a los tucumanos. FR hizo campaña en las elecciones de constituyentes con la consigna: "Bussi gobernador", y 48 horas antes de los comicios de noviembre lanzó la candidatura de su líder para ocupar el sillón de Lucas Córdoba desde 1991.
De nada valieron los intentos de la Unión del Centro Democrático (UCD). El actual legislador Sisto Terán, por entonces candidato a diputado, repetía por todos los medios que la gente no debía ser engañada. "Bussi quiere confundir a la gente, no se elige gobernador. Se vota a quienes reformarán la Constitución", insistía.
El justicialismo se presentaba en un frente con otras fuerzas políticas (Frejupo), aunque con dos sublemas. En la capital encabezaban las listas oficialistas José Carbonell y José Toledo.
Los bussistas impulsaban una reforma de la Carta Magna para moralizar la función pública y prometían eliminar la reelección. Obtuvieron 33 de las 60 bancas en juego. El Frejupo alcanzó 25 escaños y las otras dos bancas se distribuyeron entre la UCD y el radicalismo. El tenso proceso terminó con la sanción de la Carta Magna que será reformada por quienes hoy resulten electos.
El texto de 1907 rigió durante casi un siglo
La Constitución de 1884 rigió en Tucumán hasta 1907. El entonces gobernador, Luis Francisco Nougués, declaró la necesidad de la reforma. La asamblea, presidida por José Frías Silva, culminó con la sanción del nuevo texto el 24 de junio de ese año. Esta Carta Magna rigió, salvo algunas interrupciones (ver "Una enmienda..."), hasta 1990.De aquella Convención -elegida bajo el sistema de voto restringido, puesto que el sufragio universal, secreto y obligatorio fue impuesto en la Argentina con la Ley Sáenz Peña en 1912- formó parte el fundador de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), Juan Benjamín Terán. Este propició la inclusión en una Carta Magna, por primera vez en la Argentina, de un problema social de los trabajadores, al imponer a la Legislatura la reglamentación del trabajo y la salubridad en las fábricas y, especialmente, para las mujeres y los niños.
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