Puerta apeló al doping por segunda vez en su carrera y eso no se perdona. El análisis realizado en Roland Garros, torneo en el que fue un sorpresivo finalista, dio positivo, y así se confirmó la versión que había lanzado el diario francés "L?Equipe" en setiembre pasado. En 2003, el cordobés había sido suspendido por nueve meses por el consumo de clenbuterol (un esteroide anabolizante). Esta vez se trató de epilefrina, y la sanción fue la más dura de la historia del tenis: ocho años. Para un jugador de 27 años, equivale a una suspensión de por vida.Puerta deberá devolver 440.000 euros y 300.000 dólares, más allá de perder los puntos ganados desde el Abierto de París hasta el final de la temporada. El fallo de la Federación Internacional de Tenis se publicó en un documento de 37 carillas. El caso fue examinado por un tribunal formado por los doctores Tim Kerr, José Pascual e Inggard Lereim. Ellos señalaron que el jugador puede estar diciendo la verdad en su versión, pero que no es común que se den tantas circunstancias.
De estas consideraciones se aferró Puerta para clamar por su inocencia. "La decisión del Tribunal dejó en su contenido mi buen nombre y honor a salvo. Por eso voy a probar mi inocencia, más allá de las rígidas medidas del reglamento, que tornan esta sanción injusta", expresó el cordobés, a través de un comunicado.
"De ninguna manera arriesgaría mi carrera con una conducta como esta. La sanción constituye una injusticia tal que hasta el propio Tribunal me invitó a apelar ante la Corte de Arbitraje Deportivo", apuntó. Los abogados de Puerta ya preparan la apelación en Londres. La cuesta será difícil de remontar. (DPA-DyN-Télam-Especial)
Salvemos el deporte
Por Guillermo Monti
El doping es un cáncer que está corroyendo al deporte nacional. Se multiplican las sanciones y las explicaciones son siempre las mismas: "fue un accidente", "son casos aislados", "soy inocente". Hasta surgen voces imaginando campañas internacionales de desprestigio, complots y sabotajes. Un disparate.
Que seis tenistas profesionales hayan sido suspendidos por la utilización de sustancias prohibidas indica la existencia de un gravísimo problema estructural. El doping extiende sus tentáculos a numerosas disciplinas. Ya cayeron estrellas del fútbol (con Diego Maradona a la cabeza, no olvidar la efedrina del Mundial 94), del atletismo y del remo; y las sospechas se extienden a otros deportes, con el levantamiento de pesas a la cabeza.
¿Por qué no empezar a investigar en el Cenard, el laboratorio en el que se forjan los talentos deportivos nacionales? Algo está clarísimo: todos estos casos no son casualidad.