20 Diciembre 2005
"Creí que era el último día de nuestras vidas"
Una de las dueñas de un súper saqueado recuerda los dramáticos episodios de hace cuatro años. Los comerciantes aún esperan la reparación del daño. Ana de Rodríguez no pudo recuperar su negocio. Sus familiares tuvieron que irse de la provincia. "Nos quedamos sin nada", manifestó a LA GACETA.
SUPER ARRASADO. Cientos de manifestantes se apoderaron de la mercadería en distintos comercios. LA GACETA / OSCAR FERRONATO
Cada vez que cierra los ojos, Ana de Rodríguez recuerda la nefasta escena. Durante cuatro horas, hace cuatro años, cientos de personas saquearon su negocio. "Creí que era el último día de nuestras vidas", señaló ayer a LA GACETA la ex propietaria del Súper 24 de Banda del Río Salí.
Hoy se cumplen cuatro años desde que estalló la crisis social, económica y política más fuerte en la Argentina de los últimos tiempos.
Tucumán no fue la excepción al estallido social. Los encontronazos entre manifestantes y policías provinciales se sucedieron en Banda del Río Salí, en Alderetes, en Tafí Viejo y también en distintos puntos de esta ciudad. Ante el desborde social, Gendarmería tuvo que intervenir para tratar de detener la ola de violencia. Sin embargo, los saqueos a los comercios se multiplicaron a fines de 2001, con todo el trauma que significó aquel episodio para los comerciantes radicados en la provincia.
Indemnización prometida
Después de 20 años de esfuerzo familiar, la empresa de los Rodríguez tuvo que cerrar, como varias de las 50 que sufrieron los efectos de los saqueos. "Fue como un tsunami; en poco tiempo se esfumó el sacrificio de toda mi familia. Mis hijas tuvieron que emigrar hacia otras provincias porque no resistieron aquel momento traumático. No lo olvidaré en mi vida", relató la ex comerciante, quien aún siente el dolor de haberlo perdido todo.
Entre mercadería y muebles, Ana de Rodríguez calculó que, a fines de 2001, las pérdidas en su negocio fueron de $ 400.000. "Nos quedamos en la lona; se llevaron casi todo y lo poco que se salvó fue destruido por la gente", recordó.
Durante la gestión del ex gobernador Julio Miranda, el Poder Ejecutivo se había comprometido a resarcir el daño.
Los subsidios alcanzaron a los $ 2.000 y no llegaron a todos los damnificados. Con el cambio de gobierno, el PE siguió pagando aquella indemnización.
"El monto del subsidio es vergonzoso en relación con la pérdida que tuvimos. El Gobierno tiene la obligación constitucional de darnos seguridad; pero en aquel momento, no había resguardo de los policías", señaló la ex propietaria de Súper 24.
Ante esta situación, desde la Cámara de Supermercadistas y Autoservicios de Tucumán, su titular, Guillermo Saccomani, indicó que seguirán gestionando el pago de las indemnizaciones para todos los comerciantes que sufrieron los efectos de los saqueos de diciembre de 2001.
"Acá no solamente hubo daños materiales, sino también morales. Fueron momentos difíciles que esperamos que no ocurran nunca más", manifestó.
Saccomani agregó que, hasta el momento no hubo ningún ofrecimiento por parte del Estado, para resarcir el daño causado por la falta de seguridad de hace cuatro años. "La indemnización que concedieron no llega ni al 1% del total de las pérdidas que padecieron los supermercadistas.
Esperamos que, ahora que las cosas cambiaron para mejor, el Estado brinde una solución óptima", concluyó.
Hoy se cumplen cuatro años desde que estalló la crisis social, económica y política más fuerte en la Argentina de los últimos tiempos.
Tucumán no fue la excepción al estallido social. Los encontronazos entre manifestantes y policías provinciales se sucedieron en Banda del Río Salí, en Alderetes, en Tafí Viejo y también en distintos puntos de esta ciudad. Ante el desborde social, Gendarmería tuvo que intervenir para tratar de detener la ola de violencia. Sin embargo, los saqueos a los comercios se multiplicaron a fines de 2001, con todo el trauma que significó aquel episodio para los comerciantes radicados en la provincia.
Indemnización prometida
Después de 20 años de esfuerzo familiar, la empresa de los Rodríguez tuvo que cerrar, como varias de las 50 que sufrieron los efectos de los saqueos. "Fue como un tsunami; en poco tiempo se esfumó el sacrificio de toda mi familia. Mis hijas tuvieron que emigrar hacia otras provincias porque no resistieron aquel momento traumático. No lo olvidaré en mi vida", relató la ex comerciante, quien aún siente el dolor de haberlo perdido todo.
Entre mercadería y muebles, Ana de Rodríguez calculó que, a fines de 2001, las pérdidas en su negocio fueron de $ 400.000. "Nos quedamos en la lona; se llevaron casi todo y lo poco que se salvó fue destruido por la gente", recordó.
Durante la gestión del ex gobernador Julio Miranda, el Poder Ejecutivo se había comprometido a resarcir el daño.
Los subsidios alcanzaron a los $ 2.000 y no llegaron a todos los damnificados. Con el cambio de gobierno, el PE siguió pagando aquella indemnización.
"El monto del subsidio es vergonzoso en relación con la pérdida que tuvimos. El Gobierno tiene la obligación constitucional de darnos seguridad; pero en aquel momento, no había resguardo de los policías", señaló la ex propietaria de Súper 24.
Ante esta situación, desde la Cámara de Supermercadistas y Autoservicios de Tucumán, su titular, Guillermo Saccomani, indicó que seguirán gestionando el pago de las indemnizaciones para todos los comerciantes que sufrieron los efectos de los saqueos de diciembre de 2001.
"Acá no solamente hubo daños materiales, sino también morales. Fueron momentos difíciles que esperamos que no ocurran nunca más", manifestó.
Saccomani agregó que, hasta el momento no hubo ningún ofrecimiento por parte del Estado, para resarcir el daño causado por la falta de seguridad de hace cuatro años. "La indemnización que concedieron no llega ni al 1% del total de las pérdidas que padecieron los supermercadistas.
Esperamos que, ahora que las cosas cambiaron para mejor, el Estado brinde una solución óptima", concluyó.