23 Octubre 2005
La posibilidad de capacitarse, vía internet, presenta múltiples beneficios y comodidades, como la actualización de contenidos, el aprendizaje interactivo, el no desplazarse del hogar y la adquisición de competencias en el manejo de herramientas informáticas como plus, indica Alejandro Auvieux, experto en Relaciones Públicas. El especialista, además, alerta sobre otros aspectos de tanto peso, y de necesidad de análisis como los siguientes:
¿Quién produce contenidos? ¿Bajo qué criterios? ¿Para satisfacer qué demanda? ¿Con qué nivel de calidad? Las respuestas a estas preguntas son ineludibles a la hora de tomar decisiones sobre capacitación on-line.
La existencia de expectativas de crecimiento desmesuradas conspiran a la hora de sostener un esfuerzo de metodología y de estudio con modalidades novedosas.
El desarrollo de los contenidos digitales para e-learning está creciendo a un ritmo acelerado, lo que nos puede llegar a saturar de información a la hora de decidirse por una de las opciones.
La especialización de cada puesto de trabajo en cada organización requiere un grado de adaptabilidad que los contenidos tradicionalmente enlatados no pueden ofrecer.
La necesidad precisa de formación sobre un tema específico, que demanda un vínculo más inmediato con el medio a través del que se ofrece la formación; esto es, aquellos que tienen que ver con el ordenador o la red, uso de aplicaciones informáticas, correo electrónico, conocimiento de idiomas entre otros.
El posible desajuste entre simplicidad de manejo, diseño de presentación y producción de contenidos que pueden llegar a ser preparados por empresas y mentalidades distintas.
Los desarrollos más actualizados sobre un tema específico pueden estar en otros idiomas. Sin embargo los cuatrocientos millones de personas hispano hablantes son un potencial enorme para el aprovechamiento de empresas que se dediquen a capacitar vía web, eso sin minimizar la posibilidad de interactuar y comerciar entre los usuarios.
El compelling content o contenido atractivo para las soluciones de e-learning, puede menoscabar el principal objetivo de estos objetos didácticos: el aprendizaje.
Entre los obstáculos que frenan este desarrollo pedagógico están los errores cometidos por las propias empresas que reutilizan, en formato digital, el contenido formativo que ha sido desarrollado originalmente para clases presenciales.
Los estándares de medición de resultados de aprendizaje son relativos ya que son sólo parte de unos requisitos de personalización muchos más amplios y, aún no existe un estándar real aplicable a todos los casos.
Los costos de un contenido de calidad son caros, y a veces es complicado que el usuario comprenda las ventajas que han producido el sobrecosto. Abundan ofertas de baja calidad y muy bajo precio, que pueden parecen atractivas pero no ser útiles."Evidentemente, capacitarse vía e-learning tiene como objetivo alcanzar niveles de calidad adecuados, para que pueda ser de utilidad a la hora de aplicar estos conocimientos; ya sea en nuestro trabajo, o a la hora de conseguirlo, por eso es necesario prestar mucha atención en el análisis antes de decidir", sugiere Auvieux.
¿Quién produce contenidos? ¿Bajo qué criterios? ¿Para satisfacer qué demanda? ¿Con qué nivel de calidad? Las respuestas a estas preguntas son ineludibles a la hora de tomar decisiones sobre capacitación on-line.
La existencia de expectativas de crecimiento desmesuradas conspiran a la hora de sostener un esfuerzo de metodología y de estudio con modalidades novedosas.
El desarrollo de los contenidos digitales para e-learning está creciendo a un ritmo acelerado, lo que nos puede llegar a saturar de información a la hora de decidirse por una de las opciones.
La especialización de cada puesto de trabajo en cada organización requiere un grado de adaptabilidad que los contenidos tradicionalmente enlatados no pueden ofrecer.
La necesidad precisa de formación sobre un tema específico, que demanda un vínculo más inmediato con el medio a través del que se ofrece la formación; esto es, aquellos que tienen que ver con el ordenador o la red, uso de aplicaciones informáticas, correo electrónico, conocimiento de idiomas entre otros.
El posible desajuste entre simplicidad de manejo, diseño de presentación y producción de contenidos que pueden llegar a ser preparados por empresas y mentalidades distintas.
Los desarrollos más actualizados sobre un tema específico pueden estar en otros idiomas. Sin embargo los cuatrocientos millones de personas hispano hablantes son un potencial enorme para el aprovechamiento de empresas que se dediquen a capacitar vía web, eso sin minimizar la posibilidad de interactuar y comerciar entre los usuarios.
El compelling content o contenido atractivo para las soluciones de e-learning, puede menoscabar el principal objetivo de estos objetos didácticos: el aprendizaje.
Entre los obstáculos que frenan este desarrollo pedagógico están los errores cometidos por las propias empresas que reutilizan, en formato digital, el contenido formativo que ha sido desarrollado originalmente para clases presenciales.
Los estándares de medición de resultados de aprendizaje son relativos ya que son sólo parte de unos requisitos de personalización muchos más amplios y, aún no existe un estándar real aplicable a todos los casos.
Los costos de un contenido de calidad son caros, y a veces es complicado que el usuario comprenda las ventajas que han producido el sobrecosto. Abundan ofertas de baja calidad y muy bajo precio, que pueden parecen atractivas pero no ser útiles."Evidentemente, capacitarse vía e-learning tiene como objetivo alcanzar niveles de calidad adecuados, para que pueda ser de utilidad a la hora de aplicar estos conocimientos; ya sea en nuestro trabajo, o a la hora de conseguirlo, por eso es necesario prestar mucha atención en el análisis antes de decidir", sugiere Auvieux.