16 Octubre 2005
EN SU ULTIMA OBRA. Rosita Avila asegura que hay que tener cuidado con los alambres porque suelen provocar serias complicaciones. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
Que los tiempos cambian y que las cábalas son diferentes, lo puede decir el joven actor Gabriel Carreras.
"La verdad esque soy bastante ?cabulero?. Aunque personalmente no tengo muchas que use siempre. Una que vengo repitiendo últimamente es que llevo un pequeño instrumento del norte, una especie de tamborcito que toco antes de la función. Pero me pasó que con el grupo de la obra ?Oniria? inventamos una cábala que consistía en bailar una cancion de Tom Jones mientras caminábamos por todas las sillas de la sala. De acuerdo a la necesidad las cábalas van rotando, pero esa nos funcionó bastante bien", dijo.
En cuanto al resto del ambiente, además de señalar las más comunes, habló de las mufas. "Cuando hay algo o alguien que es mufa las mujeres se tocan el pecho izquierdo y los hombres sus partes intimas, por la izquierda también".
Víctor Hugo Cortés tampoco tiene rituales, aunque antes de cada función no olvida exclamar "merde". "Yo creo en el trabajo y en el esfuerzo, pero sobre todo en la buena onda", sostuvo. De todos modos, relató experiencias ajenas.
"En 1985 el grupo porteño ?I medici concert? se presentó en el Teatro de la Paz, cuando estaba ubicado en 9 de Julio al 400. Ellos contrataron la sala, y previo al espectáculo hicieron un ritual en el escenario con unos canutos brasileños que encendían para convocar público y alejar la mala suerte; fueron horas de ceremonia, mientras ellos daban vueltas alrededor del escenario", relató.
"Después, en el estreno de ?Las mil y una noches? (1994) vi cómo Alberto Lombana golpeaba tres veces con el cabo de la escoba el escenario del teatro Alberdi", agregó.
Nada de alambres
Hay casos en los que más que cábalas se practican rituales. Rosita Avila, por ejemplo, contó que antes de cada puesta de "Kusiya, kusiya, por las hendijas del viento", plancha la cinta patria que sujeta un diplomita de la Pachamama.
"Como llevo todo en una bolsa, con piedras y otras cosas, no quiero que se vea arrugada; lo hago por respeto al público y al personaje", contó la reconocida actriz.
Otro dato que aportó la actriz es que se debe tener cuidado con los alambres en el escenario. "Muchas veces se atan los trastos, y queda alguna punta suelta que puede complicar todo... soy enemiga del alambre", aseguró.
Carlos Kanán, por ejemplo, detalló los rituales y cábalas que rodean al teatro, y aseguró no tener ninguna fórmula especial.
"Me concentro en mi trabajo y me olvido de todo. Hay otros que se tocan alguna parte íntima antes de subir, pero yo no", dijo. Sin embargo, aclaró que tiene en cuenta el color amarillo, el no desear suerte antes de la puesta y otras cábalas.
DE BRUJOS Y EXORCISMO
SAHUMERIOS DE INCIENSO.- Otros que utilizan mucho los sahumerios son los empleados de la boletería del Centro Cultural de la UNT. "Antes de una obra es muy común que se encienda un sahumerio de incienso o bien de color violeta en la boletaría. Dicen que trae buena suerte. Y, hasta ahora, ha sido bastante efectivo", confesó Vicky Ríos, jefa de prensa del Virla. "Esta práctica -dijo- también es seguida por algunos actores o bailarines antes de los estrenos".
AZUCAR EN EL CAMERINO.- En el mundo del teatro existen varios métodos de exorcismos para ahuyentar las malas ondas. Una de las más usadas en Tucumán es poner azúcar en un rincón del camerino. También son muy efectivas las hojas de ruda. Darío Víttori, por ejemplo, las colocaba personalmente en la boletería. Pero no falta quien las queme en el camerino. Entrar con el pie derecho, sobre todo en un ensayo, es otra de los remedios efectivos contra la mala fortuna.
YUYOS EN EL ESCENARIO.- Aunque sin dar nombres propios, Rafael Nofal sostuvo que algunas actrices "tienen partes de su vestuario que no lavan nunca hasta que la obra baja de cartelera, porque creen que esa prenda les dio suerte. Incluso, vi a un actor del Elenco Estable que, cuando se redujo la cantidad de público, llevó yuyos y sahumerios y los puso en el escenario, y giraba a su alrededor".
PUGLIESE.- Humberto Alonso, director del Teatro Alberdi, contó que la cábala más popular es invocar a Osvaldo Pugliese (foto): la gente dice que Pugliese trae mucha suerte. Cuando bailaron Eleonora Cassano y Maximiliano Guerra, se habían pegado decenas de fotocopias con la imagen del tanguero en los pasillos y camarines. "Es algo que también lo vi en algunos espectáculos de Buenos Aires", dijo Alonso. En relación a su propia cábala, reveló que antes de entrar al escenario "hago un jueguito con numeritos, como una secuencia, que dura unos segunditos, para la buena suerte".
"La verdad esque soy bastante ?cabulero?. Aunque personalmente no tengo muchas que use siempre. Una que vengo repitiendo últimamente es que llevo un pequeño instrumento del norte, una especie de tamborcito que toco antes de la función. Pero me pasó que con el grupo de la obra ?Oniria? inventamos una cábala que consistía en bailar una cancion de Tom Jones mientras caminábamos por todas las sillas de la sala. De acuerdo a la necesidad las cábalas van rotando, pero esa nos funcionó bastante bien", dijo.
En cuanto al resto del ambiente, además de señalar las más comunes, habló de las mufas. "Cuando hay algo o alguien que es mufa las mujeres se tocan el pecho izquierdo y los hombres sus partes intimas, por la izquierda también".
Víctor Hugo Cortés tampoco tiene rituales, aunque antes de cada función no olvida exclamar "merde". "Yo creo en el trabajo y en el esfuerzo, pero sobre todo en la buena onda", sostuvo. De todos modos, relató experiencias ajenas.
"En 1985 el grupo porteño ?I medici concert? se presentó en el Teatro de la Paz, cuando estaba ubicado en 9 de Julio al 400. Ellos contrataron la sala, y previo al espectáculo hicieron un ritual en el escenario con unos canutos brasileños que encendían para convocar público y alejar la mala suerte; fueron horas de ceremonia, mientras ellos daban vueltas alrededor del escenario", relató.
"Después, en el estreno de ?Las mil y una noches? (1994) vi cómo Alberto Lombana golpeaba tres veces con el cabo de la escoba el escenario del teatro Alberdi", agregó.
Nada de alambres
Hay casos en los que más que cábalas se practican rituales. Rosita Avila, por ejemplo, contó que antes de cada puesta de "Kusiya, kusiya, por las hendijas del viento", plancha la cinta patria que sujeta un diplomita de la Pachamama.
"Como llevo todo en una bolsa, con piedras y otras cosas, no quiero que se vea arrugada; lo hago por respeto al público y al personaje", contó la reconocida actriz.
Otro dato que aportó la actriz es que se debe tener cuidado con los alambres en el escenario. "Muchas veces se atan los trastos, y queda alguna punta suelta que puede complicar todo... soy enemiga del alambre", aseguró.
Carlos Kanán, por ejemplo, detalló los rituales y cábalas que rodean al teatro, y aseguró no tener ninguna fórmula especial.
"Me concentro en mi trabajo y me olvido de todo. Hay otros que se tocan alguna parte íntima antes de subir, pero yo no", dijo. Sin embargo, aclaró que tiene en cuenta el color amarillo, el no desear suerte antes de la puesta y otras cábalas.
SAHUMERIOS DE INCIENSO.- Otros que utilizan mucho los sahumerios son los empleados de la boletería del Centro Cultural de la UNT. "Antes de una obra es muy común que se encienda un sahumerio de incienso o bien de color violeta en la boletaría. Dicen que trae buena suerte. Y, hasta ahora, ha sido bastante efectivo", confesó Vicky Ríos, jefa de prensa del Virla. "Esta práctica -dijo- también es seguida por algunos actores o bailarines antes de los estrenos".
AZUCAR EN EL CAMERINO.- En el mundo del teatro existen varios métodos de exorcismos para ahuyentar las malas ondas. Una de las más usadas en Tucumán es poner azúcar en un rincón del camerino. También son muy efectivas las hojas de ruda. Darío Víttori, por ejemplo, las colocaba personalmente en la boletería. Pero no falta quien las queme en el camerino. Entrar con el pie derecho, sobre todo en un ensayo, es otra de los remedios efectivos contra la mala fortuna.
YUYOS EN EL ESCENARIO.- Aunque sin dar nombres propios, Rafael Nofal sostuvo que algunas actrices "tienen partes de su vestuario que no lavan nunca hasta que la obra baja de cartelera, porque creen que esa prenda les dio suerte. Incluso, vi a un actor del Elenco Estable que, cuando se redujo la cantidad de público, llevó yuyos y sahumerios y los puso en el escenario, y giraba a su alrededor".
PUGLIESE.- Humberto Alonso, director del Teatro Alberdi, contó que la cábala más popular es invocar a Osvaldo Pugliese (foto): la gente dice que Pugliese trae mucha suerte. Cuando bailaron Eleonora Cassano y Maximiliano Guerra, se habían pegado decenas de fotocopias con la imagen del tanguero en los pasillos y camarines. "Es algo que también lo vi en algunos espectáculos de Buenos Aires", dijo Alonso. En relación a su propia cábala, reveló que antes de entrar al escenario "hago un jueguito con numeritos, como una secuencia, que dura unos segunditos, para la buena suerte".