12 Octubre 2005
SERENIDAD DE PUEBLO. En la ciudad de Burruyacu, cabeza del departamento del mismo nombre, la vida discurre sin sobresaltos. LA GACETA / ANALIA JARAMILLO
La gente que vive en Burruyacu no la cambiaría por ninguna ciudad del mundo: es un pueblo tranquilo y seguro, donde no se conoce la extrema pobreza.
Ubicada a 64 kilómetros al noreste de la capital, sobre la ruta 304, la ciudad de Burruyacu bulle por su actividad productiva, especialmente de la cosecha de limón, trigo, soja y maíz, que provee de trabajo casi todo el año.
Unos 400 subempleados reciben el plan Jefes y Jefas de Hogar que se ocupan de tareas comunitarias, la mayoría en obras públicas que realiza el municipio y asistiendo a las escuelas, al complejo deportivo y al comedor "San Gabriel", donde comen todos los días 250 niños provenientes de las familias más carentes.
"Nací en Burruyacu y no la cambio por ninguna; aquí uno puede dormir con las puertas de las casas abiertas y todo está bien; nadie sufre hambre y cada uno hace lo que tiene que hacer", dice entre mate y mate, don Manuel Antonio Molina. Junto a su mujer, María Eugenia, maneja un local polirrubro donde se puede comprar desde azúcar hasta un par de zapatillas.
A la puerta del negocio tienden el mantel sobre una mesita, y allí preparan el mate mañanero, donde no falta algún vecino que acompaña la charla cotidiana: María Santillán, que atiende las cabinas telefónicas, y don Alberto Nieva, constructor, se suman a la charla con LA GACETA.
Vestidos de camisa a cuadros, alpargatas o botas, con pañuelo al cuello y el infaltable sombrero, los hombres de Burruyacu confiesan que nunca estuvieron tan bien como este año.
"Vemos que el intendente Jorge Leal y nuestros concejales hacen una buena gestión; económicamente estamos muy bien; aquí no hay desnutridos ni gente que se muera de hambre; el que no encuentra trabajo, lo asiste la Municipalidad; nadie queda abandonado", dicen.
Antonio opinó que haría falta que el Gobierno provincial fomente la creación de una seleccionadora de granos y de citrus, para evitar que mucha gente emigre a la capital.
Contención a los jóvenes
En los últimos años, Burruyacu incrementó su población. Actualmente son más de 7.000 en la ciudad y casi 38.000 en todo el departamento, cuando hace 10 años no superaban los 25.000 habitantes.
El intendente Leal expresó que a su gestión le preocupan temas relacionados con la juventud: el futuro, los estudios y el alcoholismo.
Crearon una escuela de fútbol para los chicos de la primaria y la secundaria; promovieron academias de folclore, clases de atletismo; talleres de carpintería y la creación de una biblioteca. "Creemos que el deporte y la actividad cultural pueden sacar a los chicos de los vicios ", dijo el intendente.
El municipio ayuda económicamente a los estudiantes con el abono escolar y con delantales e indumentaria. "Anhelamos que la mayor cantidad de jóvenes terminen sus estudios y tengan aspiraciones a futuro", señaló leal. Con aportes de la Nación, la Provincia y de la intendencia, se está construyendo el edificio para el secundario, que estará habilitado para 2006, con 16 aulas. Actualmente funciona en el mismo local de la escuela primaria.
Con la mirada en el futuro
A muchos jóvenes, como a Paola Díaz, les interesaría un secundario agrotécnico o con orientación en turismo para tener una salida laboral que les permita quedarse en Burruyacu.
"Dejé el secundario porque el título del que estaba cursando no me iba a servir para nada", contó la adolescente de 16 años.
Sitios como El Cajón, Villa Padre Monti, El Naranjo, La Ramada de Abajo, son una promesa de desarrollo. La estancia Los Chorrillos recibe la visita de turistas de todo el mundo.
Fundada en 1785, la iglesia Nuestra Señora del Rosario, que se encuentra en el centro de la ciudad, congregó a más de 10.000 personas el pasado 1 de octubre, cuando se celebraron las fiestas patronales.
Obra pública
Burruyacu realiza una inversión anual de más de un millón de pesos en obra pública. En 2005 se iniciaron:
Una escuela secundaria.
Una nueva sede para el municipio.
La nueva terminal de ómnibus.
La repavimentación de 20 cuadras.
La ampliación y el mejoramiento de la iluminación de algunos barrios.
El mejoramiento de salas de internación en el hospital, y la instalación de televisores en la sala de espera y en las habitaciones.
Aún está pendiente de realización:
La red cloacal, cuyo proyecto se encuentra en Buenos Aires para su aprobación.
Lo que pide la gente:
La apertura de una escuela agrotécnica y de un secundario con orientación en turismo.
Seleccionadoras de granos y de citrus.
Balnearios y campings para poder explotar el turismo.
Ubicada a 64 kilómetros al noreste de la capital, sobre la ruta 304, la ciudad de Burruyacu bulle por su actividad productiva, especialmente de la cosecha de limón, trigo, soja y maíz, que provee de trabajo casi todo el año.
Unos 400 subempleados reciben el plan Jefes y Jefas de Hogar que se ocupan de tareas comunitarias, la mayoría en obras públicas que realiza el municipio y asistiendo a las escuelas, al complejo deportivo y al comedor "San Gabriel", donde comen todos los días 250 niños provenientes de las familias más carentes.
"Nací en Burruyacu y no la cambio por ninguna; aquí uno puede dormir con las puertas de las casas abiertas y todo está bien; nadie sufre hambre y cada uno hace lo que tiene que hacer", dice entre mate y mate, don Manuel Antonio Molina. Junto a su mujer, María Eugenia, maneja un local polirrubro donde se puede comprar desde azúcar hasta un par de zapatillas.
A la puerta del negocio tienden el mantel sobre una mesita, y allí preparan el mate mañanero, donde no falta algún vecino que acompaña la charla cotidiana: María Santillán, que atiende las cabinas telefónicas, y don Alberto Nieva, constructor, se suman a la charla con LA GACETA.
Vestidos de camisa a cuadros, alpargatas o botas, con pañuelo al cuello y el infaltable sombrero, los hombres de Burruyacu confiesan que nunca estuvieron tan bien como este año.
"Vemos que el intendente Jorge Leal y nuestros concejales hacen una buena gestión; económicamente estamos muy bien; aquí no hay desnutridos ni gente que se muera de hambre; el que no encuentra trabajo, lo asiste la Municipalidad; nadie queda abandonado", dicen.
Antonio opinó que haría falta que el Gobierno provincial fomente la creación de una seleccionadora de granos y de citrus, para evitar que mucha gente emigre a la capital.
Contención a los jóvenes
En los últimos años, Burruyacu incrementó su población. Actualmente son más de 7.000 en la ciudad y casi 38.000 en todo el departamento, cuando hace 10 años no superaban los 25.000 habitantes.
El intendente Leal expresó que a su gestión le preocupan temas relacionados con la juventud: el futuro, los estudios y el alcoholismo.
Crearon una escuela de fútbol para los chicos de la primaria y la secundaria; promovieron academias de folclore, clases de atletismo; talleres de carpintería y la creación de una biblioteca. "Creemos que el deporte y la actividad cultural pueden sacar a los chicos de los vicios ", dijo el intendente.
El municipio ayuda económicamente a los estudiantes con el abono escolar y con delantales e indumentaria. "Anhelamos que la mayor cantidad de jóvenes terminen sus estudios y tengan aspiraciones a futuro", señaló leal. Con aportes de la Nación, la Provincia y de la intendencia, se está construyendo el edificio para el secundario, que estará habilitado para 2006, con 16 aulas. Actualmente funciona en el mismo local de la escuela primaria.
Con la mirada en el futuro
A muchos jóvenes, como a Paola Díaz, les interesaría un secundario agrotécnico o con orientación en turismo para tener una salida laboral que les permita quedarse en Burruyacu.
"Dejé el secundario porque el título del que estaba cursando no me iba a servir para nada", contó la adolescente de 16 años.
Sitios como El Cajón, Villa Padre Monti, El Naranjo, La Ramada de Abajo, son una promesa de desarrollo. La estancia Los Chorrillos recibe la visita de turistas de todo el mundo.
Fundada en 1785, la iglesia Nuestra Señora del Rosario, que se encuentra en el centro de la ciudad, congregó a más de 10.000 personas el pasado 1 de octubre, cuando se celebraron las fiestas patronales.
Obra pública
Burruyacu realiza una inversión anual de más de un millón de pesos en obra pública. En 2005 se iniciaron:
Una escuela secundaria.
Una nueva sede para el municipio.
La nueva terminal de ómnibus.
La repavimentación de 20 cuadras.
La ampliación y el mejoramiento de la iluminación de algunos barrios.
El mejoramiento de salas de internación en el hospital, y la instalación de televisores en la sala de espera y en las habitaciones.
Aún está pendiente de realización:
La red cloacal, cuyo proyecto se encuentra en Buenos Aires para su aprobación.
Lo que pide la gente:
La apertura de una escuela agrotécnica y de un secundario con orientación en turismo.
Seleccionadoras de granos y de citrus.
Balnearios y campings para poder explotar el turismo.