Un mensaje en tono de moderación

Un mensaje en tono de moderación

Análisis. Por Juan J. Concha Martínez. El panorama cambia con quienes están más vinculados al mercado interno o a las prestadoras de servicios públicos.

08 Octubre 2005
Un mensaje de moderación y conciliador. Ese fue el eje de todos los discursos públicos de los empresarios reunidos bajo la organización de IDEA. Acaso porque no quieren confrontar con el Gobierno a dos semanas de las elecciones, o porque la estrategia de vinculación con el poder político es diplomática, los principales hombres de negocios del país hoy no quieren ocupar un papel central en el debate público. Pero no es el mismo el mensaje en las charlas de café, fuera del alcance de los grabadores. En este caso, tampoco el tono es el mismo, porque las situaciones sectoriales no son parecidas.
Los empresarios del sector minero transcurren un momento interesante en sus actividades. Sus pedidos se fundan en cuestiones más estratégicas.
El panorama cambia con quienes están más vinculados al mercado interno o a las prestadoras de servicios públicos.
Las quejas por la forma de llevar la gestión es lo que más incomoda. Además de los reclamos por la presión impositiva, de la necesidad de construir políticas de largo plazo y de tener reglas de seguridad jurídica estables, surge otra preocupación: advierten que el presidente Néstor Kirchner puede concentrar un poder hegemónico si el resultado electoral le es ampliamente favorable.
Esa probabilidad podría complicar más la búsqueda de acuerdos y de un diálogo constructivo entre el poder político y el empresariado.
La aparición del director del Banco Central, Luis Corsiglia, y la participación del ministro de Salud, Ginés González García, fue interpretada aquí como un gesto de acercamiento tras las embestidas de Kirchner.
Aunque IDEA no es una entidad gremial que lidera la posición del sector, la voz de algunos de los integrantes de la entidad se decanta con peso propio. Vittorio Orsi, accionista de Edet y de Gasnor, considera que buena parte de las dificultades del país pasa por la falta de una articulación homogénea de la oposición. "Falta una centroderecha fuerte, con posibilidades de ser alternativa política, como en Chile", dice.
Hoy, cuando la campaña electoral incorpora más sombras y peleas que ideas y certezas, más que nunca el futuro argentino se juega en la inteligencia política de Kirchner y en el tino de Roberto Lavagna para manejar el rumbo de la economía.
Aunque tampoco se lo diga a voz en cuello, muchos aquí tienen esa conciencia.