08 Octubre 2005
Leyla Perazzo (foto) llama la atención dentro del ámbito en el que se mueve, donde la rigidez y la seriedad reinan en casi todos los rostros. Esta mujer, quien ostenta el cargo de comisario mayor y que también es abogada, es la única dama que está al mando de una fuerza de seguridad en el país. Es la jefa de la Policía de Santa Fe y ayer disertó en las Jornadas del Noroeste sobre Seguridad y Democracia.
Aseguró que nunca tuvo problemas para hacer su trabajo. Y que está convencida de que su designación sorprendió más a quienes están fuera de la Policía que a sus propios miembros.
Retirada
Perazzo, quien pasó a retiro en 1998, luego de 20 años de servicio y que fue nombrada jefa de la fuerza en diciembre de 2003, cree que tanto los hombres como las mujeres son capaces de realizar las mismas actividades.
"Cuando los roles que cumple cada persona se definen por capacidad profesional y por capacidad humana queda todo claro y las cosas funcionan", sostuvo. Contó que ingresó a la Policía antes de empezar a estudiar Derecho y reveló, entre risas, que su marido siempre le dice que tiene más alma de policía que de abogada.
Uno de los temas que más le preocupan a esta mujer son los derechos humanos. Porque asegura que el policía no sólo debe defenderlos, sino que también es un beneficiario de ellos. Entre los problemas que destacó como graves dentro de la institución, Perazzo dijo que la falta de reclutas amenaza seriamente a la Policía.
"El trabajo está denigrado. En las ciudades grandes, donde hay muchas ofertas laborales, son muy pocas las personas que se inscriben en la escuela. Nadie quiere realizar una actividad a la que muchos consideran deshonrosa", concluyó.
Aseguró que nunca tuvo problemas para hacer su trabajo. Y que está convencida de que su designación sorprendió más a quienes están fuera de la Policía que a sus propios miembros.
Retirada
Perazzo, quien pasó a retiro en 1998, luego de 20 años de servicio y que fue nombrada jefa de la fuerza en diciembre de 2003, cree que tanto los hombres como las mujeres son capaces de realizar las mismas actividades.
"Cuando los roles que cumple cada persona se definen por capacidad profesional y por capacidad humana queda todo claro y las cosas funcionan", sostuvo. Contó que ingresó a la Policía antes de empezar a estudiar Derecho y reveló, entre risas, que su marido siempre le dice que tiene más alma de policía que de abogada.
Uno de los temas que más le preocupan a esta mujer son los derechos humanos. Porque asegura que el policía no sólo debe defenderlos, sino que también es un beneficiario de ellos. Entre los problemas que destacó como graves dentro de la institución, Perazzo dijo que la falta de reclutas amenaza seriamente a la Policía.
"El trabajo está denigrado. En las ciudades grandes, donde hay muchas ofertas laborales, son muy pocas las personas que se inscriben en la escuela. Nadie quiere realizar una actividad a la que muchos consideran deshonrosa", concluyó.
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