20 Mayo 2005
Con la convicción de que "la pobreza condiciona; el hambre destruye", la Fundación Banco de Alimentos de Tucumán se presentó ayer formalmente en sociedad, luego de dos años de trabajar para combatir la desnutrición. Además, se inauguró un galpón para donaciones, que fue bendecido por el arzobispo, monseñor Luis Villalba.
A las 20, el galpón ubicado en Diego de Villarroel 56 fue escenario de agradecimientos y reflexiones. "Pensar que en una sociedad tan fracturada y egoísta hay gente solidaria, merece un especial agradecimiento", dijo Villalba. Los minutos más emotivos se percibieron durante la proyección de un video que mostraba la cruel realidad de la pobreza en Tucumán. En medio de las imágenes, los datos reflejados en la pantalla, a pesar de ser conocidos, parecían escalofriantes: el 52% de la población vive bajo la línea de la pobreza, mientras que el 21 % es indigente.
La presidenta de la institución privada, Celia María Casanova, contó que en mayo de 2003, cuando la provincia atravesaba un momento crítico, decidieron concretar el proyecto para atacar el hambre. "Nuestra tarea es recibir mercadería donada por empresarios y organizarla y distribuirla en comedores e instituciones de bien público", dijo. Además, resumió el éxito del banco en números: "en 2003 favorecíamos a 14 comedores y el año pasado alcanzamos los 65. Damos de comer a diario a 11.000 niños y ancianos". Agregó que aún hay 70 comedores en lista de espera por lo que pedirán más ayuda a agropecuarios e industriales.
A la cita inaugural, asistieron Fernando Juri Debo, a cargo del PE, Roberto Martínez Zavalía, intendente de Yerba Buena, empresarios y autoridades de comedores escolares. "Nos satisface que la ciudadanía ayude a la gente, puesto que el Gobierno trata de llegar a todos los sectores necesitados y no siempre puede", destacó Juri. Carmen Farías, del comedor Don Orione, estaba emocionada. "Teníamos chicos de bajo peso. Gracias al banco, alimentamos a 255 niños", contó.
A las 20, el galpón ubicado en Diego de Villarroel 56 fue escenario de agradecimientos y reflexiones. "Pensar que en una sociedad tan fracturada y egoísta hay gente solidaria, merece un especial agradecimiento", dijo Villalba. Los minutos más emotivos se percibieron durante la proyección de un video que mostraba la cruel realidad de la pobreza en Tucumán. En medio de las imágenes, los datos reflejados en la pantalla, a pesar de ser conocidos, parecían escalofriantes: el 52% de la población vive bajo la línea de la pobreza, mientras que el 21 % es indigente.
La presidenta de la institución privada, Celia María Casanova, contó que en mayo de 2003, cuando la provincia atravesaba un momento crítico, decidieron concretar el proyecto para atacar el hambre. "Nuestra tarea es recibir mercadería donada por empresarios y organizarla y distribuirla en comedores e instituciones de bien público", dijo. Además, resumió el éxito del banco en números: "en 2003 favorecíamos a 14 comedores y el año pasado alcanzamos los 65. Damos de comer a diario a 11.000 niños y ancianos". Agregó que aún hay 70 comedores en lista de espera por lo que pedirán más ayuda a agropecuarios e industriales.
A la cita inaugural, asistieron Fernando Juri Debo, a cargo del PE, Roberto Martínez Zavalía, intendente de Yerba Buena, empresarios y autoridades de comedores escolares. "Nos satisface que la ciudadanía ayude a la gente, puesto que el Gobierno trata de llegar a todos los sectores necesitados y no siempre puede", destacó Juri. Carmen Farías, del comedor Don Orione, estaba emocionada. "Teníamos chicos de bajo peso. Gracias al banco, alimentamos a 255 niños", contó.
Lo más popular