

El uso de la bicicleta como medio de transporte urbano es una tendencia en aumento a nivel mundial y Tucumán no es la excepción.
Esta curva en alza ocurre tanto en las ciudades que cuentan con infraestructura para bicicletas como las que tienen escasa o nula infraestructura, aunque el aumento es mayor en las que sí poseen construcciones para este medio de transporte.
Así lo refleja el estudio realizado por la asociación civil Meta Bici, tomando como ejemplo el crecimiento de viajes que registró la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que casi triplicó el número de traslados entre 2013 y 2020, como consecuencia de haber ampliado en ese período de 150 a más de 250 kilómetros de ciclovías en la ciudad. En 2023 esa red superó los 300 kilómetros.
Este mismo fenómeno (más ciclovías-más viajes) se registró en ciudades como Córdoba, Mendoza, Rosario o Salta.
La infraestructura no implica sólo ciclovías o bicisendas, que no son lo mismo, sino también estacionamientos exclusivos, bicis de alquiler y traslados multimodales, que le permite al ciclista pasar de la bici al colectivo o al tren y viceversa, es decir, vagones y ómnibus que cuentan con espacios para bicicletas.
El relevamiento de Meta Bici se realizó el año pasado en 17 puntos neurálgicos de la capital, principalmente en cruces de avenidas y calles del microcentro. En cinco puntos el conteo se realizó de 8 a 20, como en 24 de Septiembre y 25 de Mayo; avenida Sarmiento y Siria (acceso norte), Jujuy y Roca (acceso sur); Benjamín Aráoz y Brígido Terán (acceso este); y 24 de Septiembre y Alem (acceso oeste).
En los otros 12 cruces el relevamiento se hizo en el horario de mayor uso de bicicletas, que es de 17 a 19, también en esquinas del microcentro y en la intersección de otras avenidas en los cuatro puntos cardinales de ingreso y egreso del centro.
Diferencias 2015/2024
El informe arrojó numerosos resultados, como que entre el relevamiento de 2015 y el de 2024 se estimó un aumento del 22% de viajes en bici en la capital, aunque se aclara que en 2015 no se contabilizaron viajes entre las 20 y las 22, donde en 2024 se detectó una gran circulación de ciclistas, de modo que el aumento podría llegar hasta un 44% en los últimos nueve años. Este es el caso de uno de los cruces más concurridos, como 24 de Septiembre y 25 de Mayo, donde entre las 20 y las 21 contabilizaron un ciclista cada 20 segundos.
El estudio también arrojó que sólo entre el 15 y el 20% son realizados por mujeres (según la zona) y que el tramo con mayor circulación de ciclistas es Mate de Luna y Ejército del Norte, por donde pasan 1.200 bicis por día.
Otra conclusión es que los que pedalean prefieren las avenidas antes que las calles internas, salvo en el microcentro, y por esto desaconsejan construir ciclovías en arterias donde “no molesten” al transporte motorizado, como es el caso de calle San Martín (donde se pretende hacer una ciclovía para unir Yerba Buena y capital) porque no es utilizada por ciclistas por varias razones: al ser un eje secundario con menos tránsito y velocidades más bajas no necesitaría ciclovía; tiene importantes interrupciones, como la estación del ferrocarril Belgrano Cargas; al ser más desolada, los ciclistas no la usan de noche por inseguridad; y los ciclistas se ven obligados a negociar el paso en cada esquina, a diferencia de las avenidas.
Carriles exclusivos
El informe además relevó el impacto que tuvieron los carriles exclusivos para colectivos en los ciclistas. En General Paz y Jujuy se contabilizó que el 22% circula por la izquierda, el 15% por el medio y el 63% por el carril para ómnibus. En Salta y San Juan, el 27% va por la izquierda, el 40% por el medio y el 33% por el carril bus. Por último, en Santiago y 25 de Mayo, el 59% viaja por la izquierda, el 11% por el medio de la calle y el 31% lo hace por el carril.
Otro mito que derribó este informe es que sólo el 10% de los viajes en bici en la ciudad se hacen por deporte o por ocio y que el 90% viaja por trabajo, estudio, etcétera. Esta situación cambia en otros trayectos, como la ruta al Cadillal, avenida Perón, San Javier o en el velódromo.
Entre las principales propuestas, son demasiadas para citarlas a todas, Meta Bici concluye que para mejorar la movilidad de la ciudad hay que centrarse en las personas y no en los vehículos. “Comprendemos que los ciclistas, al igual que los usuarios de autos particulares o motos, buscan llegar a sus destinos de una manera segura, directa y sin interrupciones. Por lo tanto, jerarquizar a la bicicleta en el espacio público significa entender esta necesidad y no excluir de las arterias principales de la ciudad ningún modo de movilidad, en particular a bicicletas y transporte público”.