
Hoy Atlético viajó rumbo a Buenos Aires para disputar el partido frente a San Lorenzo correspondiente a la fecha 12 del Apertura. En el aeropuerto Benjamín Matienzo, el plantel se cruzó con los jugadores de San Martín, que también viajaban a la Capital Federal para luego hacer una conexión rumbo a Mar del Plata, y con el cantante Andrés Calamaro. El artista retornaba a Buenos Aires después de dar un show en el Palacio de los Deportes.
Dentro del avión, algunos futbolistas aprovecharon para tomarse fotos con el cantante. Una vez que arribaron a Buenos Aires, Tomás Durso, del "Decano", publicó una imagen junto al cantante, demostrando su fanatismo por el "Salmón".
Durso perdió la titularidad del "Decano" en los últimos dos partidos: no jugó frente a All Boys, por Copa Argentina, ni contra Instituto por la fecha 11 del Apertura 2025.

"En el plantel todos tiramos para el mismo lado", advirtió Matías Orihuela
La victoria agónica de Atlético Tucumán por 3-2 frente a Instituto marcó un punto de inflexión para el cuerpo técnico y algunos jugadores, como es el caso de Matías Orihuela, el lateral izquierdo que volvió a tener continuidad tras la grave lesión de Juan Infante y que hoy representa la resiliencia y el espíritu colectivo de un vestuario que busca dejar atrás las turbulencias.
“Nos sacamos un peso de encima”, reconoce Orihuela, todavía con la energía emocional a flor de piel tras el festejo del lunes. El equipo venía de un panorama sombrío, pero la victoria en Copa Argentina, seguida del triunfo ante Instituto, permitió al grupo recuperar parte de la confianza extraviada. “Nos soltamos un poquito más, como que respiramos”, admite el defensor, que poco a poco retoma protagonismo en el “11” inicial.
El encuentro frente al conjunto cordobés tuvo todos los condimentos de un partido bisagra. Atlético lo ganaba, lo empató Instituto y, cuando parecía que la historia se torcía una vez más, llegó el gol salvador en el último minuto. “Este tipo de victorias te hacen dar ese clic. Nos levantan anímicamente porque veníamos sin esa cuota de suerte. Contra Vélez y Gimnasia no merecimos perder; contra Platense fue parecido. Ganar así demuestra carácter”, remarcó el lateral.
En medio de ese proceso de reconstrucción, el técnico Lucas Pusineri también tomó decisiones valientes: cambios en el arco, en los titulares habituales e incluso el banco para referentes históricos como el “Pulga” Rodríguez, “Bebé” Acosta y Leandro Díaz. Situación que, lejos de generar fisuras internas, el grupo supo entender. “Acá todos aceptamos el rol”, asegura Orihuela. “El ‘Pulga’, el ‘Bebé’, el ‘Loco’... aportan muchísimo, incluso cuando no juegan. Tienen un trabajo invisible en el vestuario, en el día a día, que es muy relevante”, advirtió.
Con humildad, el propio Orihuela se suma a ese perfil de jugador que entiende que el equipo está por encima de las individualidades. Tras más de un año sin continuidad, hoy disfruta de volver a ser titular, aunque reconoce que la oportunidad llega en un contexto doloroso: la rotura de ligamentos de Infante. “Tenemos la misma posición, pero eso no importa. Apenas supe el diagnóstico le mandé un mensaje, le ofrecí mi apoyo. Acá somos todos compañeros, hay que estar”, comenta con empatía.
La lesión de Infante se suma a una lista de preocupaciones físicas en el plantel. Nicola, Mateo Coronel y Juan González terminaron el último partido con molestias, y el propio Orihuela arrastra un pequeño desgarro. “Quise jugar igual. Lucas me probó el domingo antes del partido y me dejó en la lista. Hasta último momento estuve en duda”, relató.
La seguidilla de partidos, el desgaste emocional y las exigencias del calendario pasan factura. Sin embargo, dentro del vestuario hay una conciencia clara: hay que apretar los dientes. “Tenemos que dar lo mejor, aunque no estemos al 100%. Si no estás bien, el técnico tiene la última palabra”, afirma con madurez.
En ese sentido, también destaca el rol de los más jóvenes. Tras la lesión de Infante, el juvenil Ramiro Paunero comenzó a entrenarse con el primer equipo. Orihuela ya le dio un consejo valioso: “Le dije que no se conforme, que entrene doble turno, que aproveche esta oportunidad. Tiene calidad y potencial”, le comentó a LA GACETA.
Con cuatro partidos por delante, el objetivo sigue intacto: clasificar entre los ocho mejores. “Nos planteamos hacer un mini torneo de cinco fechas, empezando con Instituto. Queremos sacar la mayor cantidad de puntos posible y ver si nos alcanza para entrar”, explica. Atlético se jugará la vida ante San Lorenzo y luego frente a rivales que disputan copas internacionales. “Sabemos que va a ser duro, pero tenemos que enfocarnos y hacer nuestro trabajo”.
Orihuela, que pasó casi del ostracismo a ser pieza clave en esta etapa. “Siempre trato de unir al grupo, incluso cuando no jugaba. Lo importante es que todos tiremos para el mismo lado. Al final, eso es lo que hace a los equipos ganadores”, finalizó. El vestuario de Atlético respira otro aire. Las mochilas pesan menos. Y aunque el camino hacia los playoffs todavía es incierto, la sensación es que el equipo volvió a creer.