
Inter Miami tuvo una noche inolvidable en el Chase Stadium: venció 3-1 a Los Ángeles FC, tras comenzar perdiendo, y se clasificó a las semifinales de la Concacaf Champions Cup. Lionel Messi fue la figura, con dos goles, pero también jugó un papel clave Oscar Ustari, arquero argentino que llegó al club esta temporada.
Con el partido ya 3-1 a favor de las “Garzas”, en los minutos finales, el ex arquero de Boca e Independiente tuvo dos atajadas claves para sostener el triunfo del equipo de Javier Mascherano, y sentenciar la clasificación.
La primera fue a los 43 minutos del complemento, ante un cabezazo de Denis Bouanga. El delantero francés ganó de arriba en el punto penal, y su remate se hubiera clavado contra el palo izquierdo de no ser por los reflejos de Ustari, que, con la mano izquierda, alcanzó a cachetear la pelota al córner.
Dos minutos después, Federico Redondo perdió una pelota en mitad de cancha, y dejó mal parado al equipo local. Tras un pase filtrado, Bouanga quedó mano a mano con Ustari, y definió al primer palo, pero el arquero argentino, con el pie izquierdo, mandó la pelota al córner.
El tierno festejo de gol de Messi en el triunfo de Inter Miami
Lionel Messi tuvo una noche inolvidable en el Chase Stadium. El astro rosarino marcó dos goles en el triunfo 3-1 de Inter Miami sobre Los Ángeles FC, que le dio a su equipo la clasificación a semifinales de la Concacaf Champions Cup. Y en uno de los tantos, tuvo un festejo particular.
El delantero argentino marcó su primer gol en los minutos finales del primer tiempo, con un zurdazo desde la puerta del área que se clavó contra un ángulo, para el 1-1 parcial. Y, faltando 10 minutos para el final del partido, convirtió de penal para el 3-1 definitivo.
Por la urgencia de marcar más goles, al primer gol “Leo” prácticamente no lo festejó. Todo lo contrario a lo que sucedió en el tercer tanto, que fue el que le dio a su equipo el boleto a semifinales.
Tras celebrar con sus compañeros, el capitán de la Selección Argentina se dirigió al sector donde estaban las familias de los jugadores, al costado de la cancha, y tras chocar las manos con algunos niños, abrazó a sus tres hijos, Thiago, Mateo y Ciro, que festejaron eufóricos.