
A menos de un mes de su estreno, Adolescencia, la miniserie británica dirigida por Philip Barantini, se posicionó como la cuarta serie en inglés más vista en la historia de Netflix. Con una narrativa intensa centrada en el asesinato de una estudiante secundaria, la producción atrapó a la audiencia gracias a su innovador plano secuencia y una trama que combina suspenso, crítica social y un retrato crudo de la adolescencia actual. Estrenada el pasado 13 de marzo, alcanzó los 114 millones de visualizaciones en tan solo 27 días.
La creación de Stephen Graham y Jack Thorne superó a títulos de peso como la segunda temporada de Los Bridgerton y Gambito de dama, ubicándose solo por detrás de gigantes como Wednesday, Stranger Things 4 y Dahmer: Monster. Durante la semana del 31 de marzo al 6 de abril, sumó 17 millones de reproducciones, consolidándose como el título número uno del ranking global de TV en Netflix. El dato curioso es que esta hazaña fue lograda sin una gran campaña publicitaria: el fenómeno creció por el boca a boca y el respaldo de la crítica especializada.
Uno de los pilares del éxito fue el enfoque temático: Adolescencia aborda con crudeza el universo de los Incel, una comunidad online marcada por el resentimiento hacia las mujeres y la masculinidad tóxica. En el Reino Unido, el impacto fue tal que incluso se analiza su uso como material de debate en escuelas secundarias. La serie interpela de lleno a padres y educadores al mostrar lo que ocurre cuando los adultos dejan de mirar.
Detrás del éxito también hay un equipo comprometido. Graham, además de cocreador, interpreta al padre del protagonista, Jamie Miller, sumando una capa de humanidad al drama. La combinación de un guion afilado, actuaciones potentes y una realización técnica impecable convirtió a Adolescencia en una de las sorpresas del año para la plataforma. Con semanas por delante para seguir sumando visualizaciones, todo indica que el récord aún podría superarse.