Por Gonzalo Cabrera Terrazas
08 Abril 2025
El desgaste de las primeras fechas, las suspensiones y las lesiones lo obligaron a cambiar su plan inicial y comenzar a explorar alternativas en cada rincón del campo. Algunas de sus jugadas fueron inesperadas, otras se venían cocinando en silencio. Pero todas tienen un mismo objetivo para Ariel Martos: mantener al equipo competitivo en este tramo final en el que cada punto puede valer oro. En ese camino, San Martín de Tucumán va encontrando respuestas, sobre todo en el sector ofensivo, donde más variedad necesita y donde las soluciones no siempre estaban a mano.
La última movida estratégica del DT se vio el pasado fin de semana, en medio del empate contra Deportivo Madryn. En el entretiempo, Franco García se acercó a los vestuarios con una molestia en la zona del isquiotibial. La situación encendió una alarma ya que el extremo venía siendo uno de los jugadores más desequilibrantes del equipo.
Martos, sin dudar, consultó con sus ayudantes y decidió el ingreso de Gonzalo Rodríguez. Si bien “Turbo” no logró destacarse, cumplió en los 45 minutos que disputó y se perfila como una opción válida si García no se recupera a tiempo para enfrentar a Alvarado.
Pero el estratega ya había sorprendido desde el arranque con una apuesta diferente: Gabriel Hachen, que venía de rendir bien como centrodelantero contra Maipú, se ganó un lugar en el equipo titular, esta vez como extremo izquierdo. Ocupó el lugar de Juan Cruz Esquivel, otro jugador de importancia para Martos en la zona de ataque.
Hachen, con su experiencia y dinámica, buscó aportar movilidad y conexión en el frente ofensivo, y si bien no explotó todas sus cualidades, ya demostró que puede adaptarse a distintos roles, un valor agregado en un plantel que necesita variantes.
Una baja sensible
La lesión de Nicolás Moreno en el empate contra Tristán Suárez dejó al “Santo” con una pieza menos en el centro del ataque. Claro; la referencia de ataque Martín Pino todavía no se encontraba al 100% de unas dolencias musculares y el DT decidió que continúe con su recuperación en la provincia.
Pero en ese hueco empezó a asomar Lautaro Taboada. El ex All Boys debutó contra Gimnasia y Tiro de Salta y volvió a sumar minutos en el complemento frente al “Botellero”. “Jugar en La Ciudadela fue como lo imaginaba: mucha gente, todo el estadio cantando. Es algo hermoso, creo que cualquier jugador quisiera jugar ahí. Pero me faltó el gol, así que no sé si puedo decirlo con tanta convicción”, había declarado Taboada, con la sinceridad que lo caracteriza.
En ese mismo rubro, el de los delanteros con ganas de mostrarse, aparece Mauro Verón. El oriundo de 7 de Abril, que firmó su primer contrato profesional en febrero de 2022 tras arribar al club desde Unión del Norte, no tuvo mucha continuidad en la temporada pasada. Sin embargo, con la dura lesión de “Chuny” Moreno, le tocó dar un paso adelante.
Fue la respuesta de emergencia para Martos y si bien todavía le falta rodaje, siempre aparece como una posibilidad cierta para ocupar cualquier lugar del frente de ataque.
La sorpresa
Otra carta que puede usar en la ofensiva el entrenador es Nahuel Cainelli. Más allá de que llegó desde Estudiantes de Río Cuarto como volante (es un “8” clásico), puede desempeñarse como extremo o como interior, y también hasta fue utilizado como lateral derecho cuando Federico Murillo debió quedarse al margen por suspensión.
Cainelli, sin embargo, en más de una ocasión dejó ver su capacidad para romper líneas y ganar metros por la banda, lo que lo convierte en una opción interesante si el equipo necesita amplitud o desequilibrio por afuera. Esa versatilidad le permite ser considerado, ante la posible salida de Franco García, también como extremo.
Mientras se aguarda la evolución del ex jugador de Racing de Córdoba y de Cobresal, uno de los de mejor rendimientos en los últimos partidos, Martos ya analiza distintos escenarios.
Si el “7” no llega en condiciones al partido en contra el “Torito” de Mar del Plata, Esquivel y Hachen podrían ocupar los extremos para acompañar a Pino.
Pero si el técnico decide cambiar la fórmula, tiene material a disposición. Cada movimiento será evaluado al detalle por el entrenador, sabiendo que en el desafío de mantener la cima, cualquier jugada puede inclinar el tablero.
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