La diputada provincial de Santa Fe, Amalia Granata, confirmó recientemente que contrató a su esposo, Leonardo Squarzon, como asesor legislativo. Granata justificó esta decisión argumentando la necesidad de contar con alguien de confianza en su equipo, especialmente después de experimentar deserciones dentro de su bloque político. Comparó esta situación con la relación del presidente Javier Milei y su hermana Karina, señalando: "Es como mi Karino".
Además de admitir la contratación de su esposo, Granata arremetió contra el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, acusándolo de tener "1300 asesores ñoquis". Señaló que, entre estos asesores, se encuentra la madre de los hijos de Pullaro, quien, según Granata, ocupa un puesto en planta permanente desde hace 14 años. La diputada cuestionó la transparencia y la función de estos asesores en la administración provincial.
En respuesta a las críticas sobre la contratación de Squarzon, Granata afirmó que el sueldo de su esposo sería donado a un comedor comunitario. Esta declaración busca mitigar las acusaciones de nepotismo y resaltar un compromiso con causas sociales. Sin embargo, la controversia persiste en torno a la ética de emplear a familiares en cargos públicos.
Este episodio se desarrolla en un contexto político tenso en Santa Fe, donde Granata se posiciona como una crítica abierta de la gestión de Pullaro. La diputada ha manifestado en diversas ocasiones su descontento con las políticas del gobernador, acusándolo de intentar controlar la provincia con la complicidad de diversos actores políticos.