El futuro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) se encuentra en un momento decisivo, tras el rechazo en el Senado de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla.
La medida, que cerró un proceso largo de un año de extensión, ha dejado a García-Mansilla en una mala posición dentro del máximo tribunal, a pesar de haber asumido en comisión en el máximo Tribunal, luego de su designación por Javier Milei. El constitucionalista, quien por ahora ocupa el cargo temporalmente, parece encaminarse hacia su renuncia, a pesar de los esfuerzos de la administración libertaria por mantenerlo en su puesto.
La renuncia de García-Mansilla, que podría formalizarse entre mañana y el martes, parece una decisión personal, según informó el periodista Jorge Liotti en el diario "La Nación". Según la publicación, fuentes del Poder Judicial (PJ) indicaron que, en un intento por dilatar la situación, el gobierno libertario había presentado un recurso por salto de instancia, conocido como "per saltum", ante la Corte Suprema. Este recurso busca suspender los efectos de la medida cautelar dictada por el juez Alejo Ramos Padilla, que impedía al magistrado emitir nuevos fallos.
El documento, que lleva la firma del procurador del Tesoro de la Nación, Santiago Castro Videla, solicita que la Corte declare “expresamente los efectos suspensivos” del recurso extraordinario, lo que permitiría que García-Mansilla pueda finalmente presentar su renuncia a Milei como una reafirmación de su decisión personal.
El rechazo de los pliegos de los candidatos al máximo tribunal se produjo tras una sesión en el Senado cargada de paradojas. Durante el debate, se centraron más en las designaciones por decreto que en las cualidades de los postulantes.
A pesar de su extenso currículum, García-Mansilla fue más criticado por una declaración hecha durante la audiencia en la comisión de Acuerdos, cuando señaló que en el contexto de 2015-2016 no hubiese aceptado ser designado por decreto, aunque consideraba que era una facultad del Ejecutivo. Esta frase, lejos de ser vista como una defensa del sistema constitucional, fue utilizada en su contra, mientras que Lijo, cuyo comportamiento como juez federal generaba mayores dudas, recibió menos cuestionamientos.
La derrota en el Senado no pasó desapercibida para la Casa Rosada. En el entorno presidencial, varios actores fueron señalados como responsables. Mauricio Macri fue criticado por haber ordenado dar quórum; Victoria Villarruel, por no haber realizado esfuerzos suficientes para evitar la sesión; y Ricardo Lorenzetti, quien habría “prometido los votos que no tenía”.
Suspensión de la sesión
Bartolomé Abdala, presidente provisional de la Cámara de Senadores, deslizó que en Casa Rosada le solicitaron suspender la sesión del pasado jueves, en la que se trataron los pliegos de Lijo y García-Mansilla, que finalmente fueron rechazados.
“Esas cosas quedan en mi, no voy a exponerme en ese tema, pero a nadie le gusta perder”, sostuvo el oficialista en una entrevista en radio Rivadavia de Buenos Aires, consignada por la agencia NA.
Tras las críticas de la administración libertario contra la Vice, el senador aclaró que “hubo una reunión de labor y la decisión la tomaron los senadores”, y se encargó de aclarar que en ese intercambio, Villarruel no participó ya que estaba al frente del Poder Ejecutivo Nacional (PEN) con motivos del viaje del presidente Javier Milei.
Abdala planteó que el juez García-Mansilla asumió a través de un decreto “totalmente institucional”, que se dictó una vez que había transcurrido en período ordinario y extraordinario en el Congreso nacional, y pese a su jura, Abdala insistió en que la decisión de su continuidad dependen del magistrados.
“A partir de ahora es una decisión de él. No le pudimos dar los dos tercios; a mi modo de ver, lo debe resolver él. No corresponde que opine”, concluyó.