

En un deporte como el fútbol, hay momentos en los que el talento individual puede marcar la diferencia. Pero en la mayoría de los casos, el éxito se construye a partir de asociaciones, de sociedades que hablan el mismo idioma dentro del campo. Conexiones que se forman en silencio, a fuerza de entrenamientos, miradas cómplices y movimientos sincronizados. San Martín de Tucumán lo entiende, y por eso esta tarde, desde las 15.30 en La Ciudadela, buscará explotar ese entendimiento que empieza a surgir entre Gabriel Hachen y Juan Cuevas para vencer a Deportivo Madryn y continuar como líder de la zona.
La motivación de seguir en la cima y obtener el tercer triunfo consecutivo en el torneo no es para menos. Por eso Ariel Martos intentará dar el golpe ante el “Aurinegro”, apelando a una fórmula que comenzó a gestarse en el triunfo contra Deportivo Maipú. En Mendoza, el DT tomó su libreta, conversó con sus colaboradores y puso a prueba una idea que terminó dejando señales muy positivas. Sobre todo, por la aparición de una sociedad que puede aportarle al equipo ese juego colectivo que tanto viene buscando desde que arrancó la temporada.
Con la ausencia de Martín Pino por lesión, el cuerpo técnico encontró en Hachen una opción distinta para ocupar el centro del ataque. El ex Platense asumió el rol de falso “9”, y aunque no convirtió, fue clave con su movilidad e inteligencia. Tuvo una clara que dio en el palo, y participó en la jugada que terminó con el gol de Franco García. En esa secuencia de toques también fue protagonista Cuevas, quien hoy volverá a compartir el frente de ataque con Hachen. “Es una posición que no estoy acostumbrado a ocupar, pero el equipo me hizo sentir cómodo y creo que hicimos un lindo partido”, reconoció Hachen en conferencia de prensa.
Martos también valoró la sociedad que se empezó a formar. “De a poco vamos mostrando facetas de lo que pretendemos. En el segundo tiempo nos costó, pero era esperable. Maipú tenía la obligación de salir a buscar”, explicó el DT, satisfecho con lo que vio en los primeros 45 minutos del partido anterior.
El desafío ahora será trasladar ese funcionamiento a La Ciudadela, y sostenerlo durante todo el encuentro. “Estamos trabajando para mantener el ritmo del primer tiempo también en la segunda mitad”, agregó.
El rival de turno llega con la intención de cerrarse en su campo y apostar a alguna contra. Por eso, en el cuerpo técnico “santo” creen que la clave estará en el entendimiento entre Cuevas y Hachen, dos jugadores con buena lectura de juego y precisión en los metros finales.
Además, Martos busca que los volantes lleguen con más frecuencia al área, como lo hizo Gustavo Abregú en partidos anteriores. “Siempre es más difícil para una defensa controlar al jugador que llega desde atrás que al que ya está posicionado”, explicó Martos.
El retorno del “9”
Mientras tanto, Pino trabajó a la par del grupo durante la semana y volverá a tener su chance como centrodelantero. “No estaba en condiciones físicas para jugar el partido pasado. No entiendo las críticas por no haberlo puesto. El equipo respondió bien y eso es lo importante”, sentenció el DT para despejar cualquier tipo de dudas.
Con un plantel que se adapta a las circunstancias y un cuerpo técnico que no duda en probar variantes, San Martín transita una etapa de evolución táctica.
El equipo muestra momentos de solidez, carácter y compromiso colectivo, más allá de las individualidades. La idea de juego se fortalece partido a partido, y el objetivo es claro: ser protagonistas desde el juego, sin perder el equilibrio que tanto costó conseguir.
La Ciudadela será testigo de una nueva prueba. El rival puede replegarse, los espacios pueden escasear, pero si la conexión entre Hachen y Cuevas vuelve a fluir como en Mendoza, San Martín tiene motivos para soñar con otra victoria.
Porque cuando las sociedades se consolidan, el equipo crece. Y hoy, más que nunca, eso puede marcar la diferencia.