Anomalía magnética del Atlántico sur

Anomalía magnética del Atlántico sur

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La Tierra tiene un campo magnético que la rodea y que funciona como un escudo protector contra la radiación cósmica que proviene del espacio y la radiación y partículas de origen solar. Sin el campo magnético, no sería posible la vida en la Tierra, al menos como la conocemos.

El campo magnético terrestre o campo geomagnético es producido por el movimiento de los metales fundidos que forman el núcleo de la Tierra. Una vez más, hay que recordar, que esto es un modelo que se hace en base a las mediciones que se realizan en la superficie y en las capas más superficiales de la Tierra, todavía no se llegó a su núcleo. El campo geomagnético es más débil en el ecuador y más intenso en los polos. Pero no es simétrico alrededor de la Tierra. En una zona que se extiende desde América del Sur hasta el sur de África sobre el Océano Atlántico es aún más débil y se la conoce como Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS). Se la descubrió en la década de 1950 y desde entonces se la estudió intensamente para descubrir su origen, su comportamiento y cómo afecta a las comunicaciones. En Tucumán, en la Facultad de Ciencia Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán se instaló instrumental para colaborar en estas tareas y hubo investigadores que trabajaron en el tema.

Antes de que existiesen las comunicaciones satelitales, se lograba llegar de un punto a otro haciendo rebotar la señal en una zona de la atmósfera que está cargada eléctricamente y  que se encuentra a partir de los 70 km de altura aproximadamente. Esta capa cargada se llama ionósfera. Esto incluida señales de radio, algunas de televisión y el sistema que usaban los barcos y los aviones para conocer su posición. Ellas eran afectadas por esta anomalía.

La Agencia Espacial Europea tiene una constelación de satélites que miden la actividad magnética con precisión. Su objetivo era poder descubrir qué origina la AMAS y encontraron que está variando más de lo que sería esperable, que ha disminuido la intensidad del campo magnético y que esta cambiado su forma. Por esto ha renacido el interés en el estudio de esta anomalía. El campo magnético terrestre no es estático, varía en intensidad y en su posición, pero las variaciones que se han detectado en la AMAS son más marcadas que las esperables.

La AMAS fue un problema para las comunicaciones y para las naves espaciales. Las que pasan por ella necesitan una protección mayor para la radiación, especialmente las tripuladas como la Estación Espacial Internacional, ya que no se puede arriesgar a los astronautas.

La disminución del campo magnético en esa región puede causar problemas en los sistemas de comunicaciones satelitales, también en la seguridad de los instrumentos que están sometidos a mayor radiación que las previstas, problemas con los sistemas de posicionamiento de barcos y aviones, incluidos los GPS. Estos equipos están diseñados para estar seguros en la AMAS, pero quizás no para las variaciones que está teniendo.

El comportamiento de la AMAS, por el momento, no es peligroso para los seres vivos, pero podría serlo si el campo magnético sigue disminuyendo porque radiación peligrosa podría llegar a la superficie de la Tierra.

No se sabe cómo es su comportamiento a largo plazo, porque aunque está siendo estudiada desde hace aproximadamente 70 años, los instrumentos de esa época no tenían la misma calidad que en la actualidad y quizás hubo variaciones que no fueron detectadas. Por el momento, lo único que se puede hacer, es seguir observando para saber cómo será el comportamiento en el futuro. Quizás sería conveniente ir investigando cómo hacer para que las comunicaciones no se vean afectadas por fenómenos como estos.

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