
Humillante, así calificaron los hinchas de Atlético Tucumán el operativo de control que atravesaron en la ruta
La policía santafesina requisó los seis colectivos que trasladaban a los simpatizantes, entre ellos niños y adultos mayores, durante el procedimiento que se extendió por más de cuatro horas.
La previa del partido entre Atlético Tucumán y All Boys por los 32avos de final de la Copa Argentina estuvo marcada por la indignación de los hinchas "Decanos", quienes fueron demorados durante varias horas en la Ruta Nacional 34, entre Sunchales y Rafaela, por un operativo de la policía santafesina.
Seis colectivos repletos de simpatizantes tucumanos, que habían viajado durante más de 10 horas para alentar a su equipo, fueron detenidos en la ruta alrededor de las 8.30 y permanecieron allí hasta pasado el mediodía. Ocho efectivos policiales que montaron un operativo con dos camionetas de la fuerza esperaban a los micros, obligando a todos los pasajeros a descender para ser requisados uno por uno, al igual que cada uno de los vehículos.
La medida no solo generó demoras en la llegada de los hinchas a Rafaela, sino que también expuso a familias enteras, incluidos niños y personas mayores a la espera en plena ruta, sin refugio ni comodidades, en un procedimiento que se prolongó por horas.
Más allá del malestar de los hinchas, la situación plantea un interrogante mayor: ¿tiene sentido que la Copa Argentina programe partidos en sedes que no están preparadas para recibir a una parcialidad numerosa? La elección de Rafaela como sede parece perjudicar tanto a los hinchas como a la ciudad misma.
Desde el punto de vista turístico y económico, la presencia de miles de simpatizantes en la ciudad podría haber representado una oportunidad para hoteles, restaurantes y comercios. Sin embargo, el operativo de seguridad evitó cualquier tipo de consumo local, ya que los hinchas apenas pudieron ingresar a la ciudad y fueron escoltados directamente al estadio. Una vez finalizado el partido, el procedimiento será el mismo: salida inmediata de la ciudad, sin margen para que los visitantes dejen algún impacto económico en la zona.
Cada uno de los seis colectivos transportaba entre 60 y 70 personas, lo que significa que unas 400 personas hicieron el esfuerzo de viajar cientos de kilómetros solo para encontrarse con largas demoras y un trato que muchos consideran humillante. Lejos de promover un espectáculo deportivo seguro y organizado, la disposición de estos operativos termina convirtiéndose en un obstáculo para los propios protagonistas: los hinchas que siguen a sus equipos con sacrificio y pasión.
A revisar
La Copa Argentina se destaca por brindar la posibilidad de jugar en sedes "neutrales", pero cuando la elección de estas ciudades genera más problemas que beneficios, la lógica de la organización debería revisarse. ¿Qué gana Rafaela organizando un partido si los hinchas no pueden ni siquiera transitar libremente por la ciudad? ¿Tiene sentido someter a los simpatizantes a este tipo de operativos cuando el objetivo debería ser fomentar el deporte y el espectáculo?
El episodio de este miércoles feriado deja en evidencia que, lejos de ser una fiesta del fútbol, la Copa Argentina sigue enfrentando desafíos en la organización y logística de sus partidos. Y, una vez más, los grandes perjudicados son los hinchas.