

En el Senado, comenzó la cuenta regresiva de cara al 3 de abril, fecha en la que los legisladores definirán si continúan -o no- los jueces Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, ambos nombrados por un decreto del presidente Javier Milei. En este contexto, el ala dura del peronismo, con Cristina Fernández de Kirchner a la cabeza, busca acercar posiciones con radicales y algunos senadores del PRO para voltear los nombramientos, mientras que el oficialismo buscaría dejar sin quórum la sesión.
Por el lado del Gobierno y sus aliados, los gobernadores de Salta y Catamarca serían clave para facilitar la continuidad de los candidatos en el máximo tribunal. Gustavo Sáenz y Raúl Jalil reclaman a los cuatro senadores de Convicción Federal, el flamante sub-bloque peronista que integran Fernando Salino (San Luis), Carolina Moisés (Jujuy), Guillermo Andrada (Catamarca) y Fernando Rejal (La Rioja), que no bajen al recinto. Si el gobierno y los dialoguistas controlaran a los demás bloques, José Mayans (PJ) no llegaría a contar con legisladores suficientes para alcanzar los 37 presentes que se requiere para iniciar la sesión.
Sin embargo, en el kirchnerismo y la Unión Cívica Radical dan por seguro que los nombramientos de Lijo y García-Mansilla serían rechazados ya que contarían con un tercio más uno de los senadores para votar en negativo. “Todo indica que va a haber un rechazo, no por la calidad de los candidatos, sino por el sistema que utilizó el Ejecutivo de designación en comisión”, sostuvo el fueguino Pablo Blanco en una entrevista radial. En línea con el legislador, Eduardo Vischi, también de la UCR, expresó que el método utilizado por el presidente Milei causó tanta irritación que hay una mayoría dispuesta a rechazar a los dos magistrados. “Yo no estaba en contra de García-Mansilla pero frente al decreto decidí rechazarla”, adelantó.
A menos de una semana de la sesión, en el Congreso se especula que el plan del Gobierno nacional junto a los gobernadores dialoguistas podría derrumbarse si Cristina Kirchner mantiene firme su lote de los 30 peronistas restantes para el quórum y se suman Martín Lousteau, un puñado de radicales ofendidos por el decreto presidencial y otros legisladores del PRO. En caso de reunir 37 legisladores para habilitar la sesión, luego bastarían 25, un tercio más uno sobre el total de 72 senadores, para voltear a Lijo y García-Mansilla.
Las miradas sobre el PRO
Con quiebres y diferentes posturas en el radicalismo y en el peronismo, también se pone en la mira al PRO, que ya había adelantado su rechazo al nombramiento de los jueces y la larretista Guadalupe Tagliaferri, presidenta de la comisión de Acuerdos, fue quien orquestó la maniobra para dictaminar a García-Mansilla y, así, poder llevarlo al recinto.
A ellos se suman el exlibertario de Formosa, Francisco Paoltroni y el cordobés Luis Juez, quienes también manifestaron su intención de dar luz roja a Lijo. Sin embargo, en el bloque sí hay voces a favor de García-Mansilla y un arco mayoritario con afinidad al presidente Javier Milei.
El retiro de los pliegos
El sector del radicalismo que se diferencia de Martín Lousteau y es más propenso a colaborar con Milei insistirá hasta el último minuto en que el Poder Ejecutivo retire los pliegos para evitar una derrota. “Sería una salida razonable. Tenemos que abrir una negociación distinta”, manifestaron. Pero hasta el momento la decisión oficial, ratificada por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, es mantener los pliegos en pie. Ambos ya tienen dictamen de la Comisión de Acuerdos, pero ese no sería un obstáculo para que el Ejecutivo los retire.
En el caso de García-Mansilla, el retiro del pliego sería inocuo, porque según su interpretación y la del Gobierno, el nombramiento en comisión le da estabilidad en la Corte hasta el 30 de noviembre. Pero esta lectura no es compartida por otros como Guadalupe Tagliaferri, presidenta de la Comisión de Acuerdos, quien sostiene que el nombramiento cae automáticamente con el rechazo del Senado.
Lijo está en una situación más compleja, porque aún si el Ejecutivo retirara su pliego, para poder asumir en la Corte debe renunciar a su cargo en Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 4. Hasta ahora no lo hizo porque, si el Senado rechaza su pliego, se quedaría sin ninguno de los dos cargos.
Llegar al quórum: Unión por el Patria busca sumar senadores de la UCR y el PRO
El primer desafío para el 3 de abril es el quórum. La oposición necesita sentar a 37 senadores en sus bancas. Unión por la Patria tendría presentes a sus 34 integrantes y podría conseguir los tres que faltan con ayuda de dos radicales opositores a Javier Milei, Martín Lousteau (titular del partido) y el fueguino Pablo Blanco, más Guadalupe Tagliaferri (PRO), presidenta de la Comisión de Acuerdos. Si al momento de votar los 72 senadores estuvieran presentes, la oposición debería juntar 25 votos negativos, ya que para aprobar los pliegos se necesitarían 48 votos positivos, es decir dos tercios. Si hay ausencias o abstenciones (que en el Senado se computan como ausencias), se necesitarán menos votos.