Es un día muy especial para todos los argentinos. Para todos. Más aún, para quienes hemos estado en aquel entonces, siendo niños, adolescentes o jóvenes. Lo vimos con nuestros propios ojos. Lo vivimos. Lo sufrimos. Hoy, más de 50 años después, hay heridas que siguen abiertas. Por doquier. De todos los bandos. Y es lógico. Porque hubo criminales y víctimas, de ambos bandos. O acaso es posible ocultar, negar, o justificar, el secuestro, tortura, y asesinato de miles de civiles, por parte de la dictadura, incluyendo robos de bebés?. Del mismo modo, es posible hacerlo con los adesinatos del terrorismo, que también incluyó a niños?. Podemos acaso decir que " un asesinato, es más justificable que otro?. Nuestra historia es dramática, y compleja. Nadie debería adueñarse de ella. Sólo la verdad completa, y el tiempo, quizás pueda sanar tanto dolor. Mientras, un día como hoy, más que un día de confrontación, debería ser al menos, un día de congoja, y reencuentro.