

Hace 40 años el rock nacional vivió un recambio generacional. Virus, Soda Stereo, Miguel Mateos y Los Abuelos de la Nada fueron las figuras más sobresalientes de esa situación. Y no pueden soslayarse grupos como Fricción, Clap, Sueter y Los Encargados, el grupo tecno de Daniel Melero que en el festival BaRock de 1982 recibió una tonelada de piedras y tomates por el solo hecho de no tener batería, bajo ni guitarra sino simplemente tres sintetizadores en escena.
A comienzos de 1985 Soda Stereo editó su segundo disco de estudio, el sencillo “Nada personal”, con letras como “Busco en TV algún mensaje entre líneas, busco alguien que sacuda mi cabeza…”
El editorial del número 254 de la revista Pelo comenzó con una frase y una definición importante, a modo de balance: “En 1985 el rock fue pop”.
Hace 40 años (exactamente fue publicado el 23 de marzo de 1985 por el sello CBS Records) se lanzó “Divididos por la felicidad”, el disco de Sumo que pronto se encontraría en el top ten de la revista Rolling Stone.
El álbum se presentó los días 11 y 12 de mayo de 1985, en el teatro Astros y no pocos estudiosos consideran que con este disco la banda se lanzó al estrellato y salió del circuito under como bares y pubs.
La canción “La rubia tarada” fue el mayor éxito de este disco y del grupo musical, pero ya se había difundido en 1984, en ediciones en cassette.
La tapa
“La tapa mostraba una imagen tomada de la televisión en la que dos ballenas yacían en una playa. El título incluye más señales: como una cita explícita a Joy Division, la banda inglesa que marcó el camino a las tendencias conocidas como after-punk y dark-rock, la traducción imperfecta tenía algo de apropiación criolla y homenaje velado. Otra extraña conexión: la letra de “Mejor no hablar de ciertas cosas” pertenece al Indio Solari y fue cedida por el líder de los Redondos luego de comprobar que Luca Prodan se había adueñado de la canción cuando lo reemplazó en una ocasión en que la banda platense tocó sin su voz original”, relata la revista Rolling Stone.
¿Qué temas, qué canciones? “La rubia tarada”, “El reggae de paz y amor”, “Mejor no hablar de ciertas cosas”, “Mula plateada”. “No acabes”, “No duermas más”, “Debede”, “Regtest”, “Kaya” y “Divididos por la felicidad”, figuran en la lista, con un rock que se cruzaba con el reggae y el ska. “Había un paseo por la new wave, el reggae y el ska, entre otros géneros”, precisó la agencia Télam antes de que desaparezca. No solo salió del under: fue el primer disco industrial de Sumo que sucedió a la edición independiente “Corpiños en la madrugada” (1983). “Por momentos, Sumo parece The Clash”, afirma la revista.
En ese momento integraban el grupo Luca Prodan, Germán Daffunchio y Ricardo Mollo, en guitarras, Diego Arnedo, en bajo, Alberto Troglio, en batería y Roberto Pettinato, en saxo.
En inglés, irreverente
Temas en inglés, con mucho humor e ironía, pero la burla como un toque crítico a la sociedad, al establishment, una lírica directa, y al golpe de esa sociedad. Si en enero pasado escribí que “La rubia tarada” fue un retrato de frivolidades (https://www.lagaceta.com.ar/nota/1067109/cultura/rubia-tarada-fue-retrato-social-frivolidades.html), qué se podría decir de canciones como “Mejor no hablar de ciertas cosas”, tantas veces repetidas (pertenecía al Indio Solari, pero Prodan la aceleró).
Una mujer atrás de un vidrio empañado
Mejor no hablar de ciertas cosas
Un tornado…arrasó a mi ciudad y a tu jardín primitivo.
Rebeldía, anarquía, caos, desprolijidad, descontrol son palabas que identifican esa música de la posdictadura y del postfunk. Para algunos fue la banda sonora de la primavera democrática, pero cuesta creerlo por su crítica a las instituciones.
Post- Malvinas
Martín Brizio, periodista y conductor de Rockerazo, dice que se trató de una banda que pateó el tablero en serio, desafiando todo lo hecho hasta el momento y dejando una huella indeleble en la historia de nuestro rock”. Para Oscar Jalil, periodista y crítico musical con pasos en Los Inrockuptibles, La Mano y Zona de Obras, en los diarios Clarín y Página/12 y Rolling Stone: “el álbum debut de Sumo, apareció como un manual de supervivencia para la generación post-Malvinas justo cuando empezaba el fin de la primavera democrática. El impacto fue tremendo y aún hoy sigue sorprendiendo la irreverente mirada de Luca Prodan para sacudir una escena musical tan alejada de sus años formativos en la lejana Inglaterra”.
Señales
La tapa mostraba una imagen tomada de la TV en donde dos ballenas yacían en una playa.
Según Luca Prodan, la imagen representa los cuatro elementos: el sol (fuego), el cielo (aire), el mar (agua) y la playa (tierra).
Pero el título impone más señales: como una cita explícita a Joy Division, lo que se ha señalado líneas arriba.
La revista Pelo recuerda que en 1985 se afirmaron como bandas fuertes en el under Sumo y Los Redonditos de Ricota. “Sumo grabó para una compañía grande y se reveló como una de las bandas que pueden reunir más público” (número 254). En el editorial, como se escribió arriba, afirma: “En 1985 el rock fue pop”, lo que es una caracterización que con el tiempo se epresó adecuada.
Luca Prodan hizo estallar en pedazos, desde su océano, la tradición rockera nacional.
Cantaba en inglés, era pelado y arrancó con una chica británica como baterista.
Hizo desde el principio todo lo que estaba mal en ese momento histórico. Y con el disco se llevó por delante al rock vencido de esa etapa.