
Es un problema común: muchas personas cambian su alimentación, adoptan una dieta equilibrada y, pese a seguirla con constancia, no solo no bajan de peso, sino que a veces incluso engordan. Esta falta de progreso en la balanza genera frustración y lleva a una duda recurrente que resulta difícil de responder: ¿en qué estoy fallando?
En primer lugar, es importante responder a la pregunta: ¿por qué comemos? comemos para nutrirnos: comemos por placer, para socializar, para no aburrirnos, para calmarnos, para no pensar, para no sentir, para festejar, hasta para seducir.
"Cada día necesitamos consumir una dosis de calorías, una de nutrientes y una dosis de placer. El problema es que cuando nos sometemos a dietas extremas en calorías o placer, nos privamos de estos dos elementos esenciales", explica la médica nutricionista Mónica Katz en una columna para Clarín.
Me cuido, pero no logro bajar de peso: ¿qué estoy haciendo mal?
La especialista destaca que una de las principales razones por las que hacer dieta no funciona es que el cerebro no sabe de qué se tratan las dietas.
"Cada vez que reducimos mucho las calorías, el cerebro interpreta que no hay comida y dispara dos procesos: nos pone a funcionar en modo ahorro; y en paralelo, activa una especie de pájaro carpintero en la cabeza, que no deja de pensar y buscar comida",explica.
El otro problema de las dietas extremas depende de la disminución del placer: comés "feo" porque evitás tus alimentos preferidos o te los prohíben. "Y la realidad es exactamente opuesta: comer lo que te gusta, en la porción justa, te ayuda a adelgazar porque la certeza (de comerlo mañana) disminuye el deseo y aumenta el control", especifica.
Estilo de vida: más que alimentación y ejercicio
Quizás estás llevando acabo un patrón de comidas saludable y sos más activo. ¡Está muy bien! Pero en realidad son seis (no solo dos) los componentes de un estilo de vida sano.
Por un lado debemos gestionar las emociones y el estrés. El hambre emocional es una trampa que no te permite controlar la ingesta de alimentos. Por otro lado el estrés, nos dirige a preferir carbograsas y dispara en el abdomen, la formación de nuevas células grasas llamadas adipositos.
"Otro componente central es sostener un sueño nocturno de al menos siete horas. También es importante trabajar tus obsesiones y adicciones al dinero, al trabajo, al cigarrillo, al cuerpo perfecto, al alcohol. También, al éxito", explica Katz.
Y por último, pero no menos importante, forjar y mantener relaciones sociales de calidad. Si las personas solo cambian su nivel de actividad física y tu comida, y no logran bajar de peso, quizás lo que les está faltando es trabajar los otros cuatro ejes de un estilo de vida saludable.