“Morirá de pie” el gomero frente al Cementerio del Oeste

“Morirá de pie” el gomero frente al Cementerio del Oeste

Autoridades municipales, vecinos y miembros de organizaciones ecologistas acordaron podar parte del deteriorado árbol, pero no talarlo.

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ARBOL NOTABLE. El gomero de la plaza Gramajo Gutiérrez tiene un reconocimiento especial del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán. la gaceta / fotos de analia jaramillo ARBOL NOTABLE. El gomero de la plaza Gramajo Gutiérrez tiene un reconocimiento especial del Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán. la gaceta / fotos de analia jaramillo
23 Marzo 2025

Aunque sus ramas no tienen la misma fuerza ni sus colores la intensidad de años atrás, su inmensidad y grandeza aún desafían el paso del tiempo.

El viejo gomero ubicado en la plaza Gramajo Gutiérrez, frente al parque Avellaneda y al Cementerio del Oeste (Asunción al 100), generó una grieta entre las autoridades y vecinos. La Municipalidad de San Miguel de Tucumán advirtió sobre una inminente tala del enorme ejemplar por su deterioro, pero los vecinos del barrio Don Bosco expresaron su malestar ante la decisión. A pesar de su frágil estado de salud, anunciado en un último informe oficial del municipio, los distintos grupos recurrieron al diálogo y llegaron al acuerdo de que el “notable” no abandonará su lugar.

“El árbol está en un estado senescente avanzado que es irreversible”, se advirtió en el estudio publicado el 11 de marzo. En el examen, los especialistas de la Fundación Miguel Lillo y de la Sociedad Amigos del Árbol detectaron que el árbol sufre múltiples afecciones, entre ellas una infección por hongos, fallas en ramas anteriores, una copa desviada y desequilibrada, raíces en estado de pudrición y madera muerta. También alertaron que, mantenerlo en pie en ese estado representa un “riesgo alto a extremo” para la ciudadanía que recorre la zona.

La decisión

En respuesta a la investigación, las convocatorias para evitar el destino de ser derrumbado continuaron. “En la cuarta o quinta asamblea, donde asistieron ingenieros expertos en la materia y nosotros como vecinos, activistas, voluntarios y referentes de organización ambiental, se llegó a la conclusión, después de una larga charla, que no van a talar el tronco del gomero”, celebró Sergio Pérez, miembro del voluntariado Revolución Verde.

El activista contó que todos los integrantes estuvieron conformes con esa decisión, luego de un debate en el que se barajaron múltiples posibilidades y los distintos enfoques.

“El árbol hoy es un peligro para la sociedad por el riesgo real de caída de las ramas de gran porte que tiene, las que claramente pueden causar la muerte de una persona si es golpeado”, advirtió Luciano Chincarini, secretario de Obras Públicas de la capital.

Por este motivo, dejar el gomero en el estado en que se encuentra actualmente, sin ninguna clase de intervención, no era una posibilidad viable, por lo que se decidió remover su copa. “Se llegó al acuerdo de que vamos a realizarle una poda para extraer todas las ramas laterales”, señaló el funcionario.

DETERIORO. La poda de ramas laterales podría revitalizar al ejemplar.

El plan de acción

La memoria de aquel árbol centenario permanecerá en el tiempo, pero desde una nueva forma, por el compromiso municipal.

“Lo que se estableció en el diálogo encarado es dejar el eje basal del árbol, que sea un recuerdo de lo que alguna vez fue el gomero. Vamos a colocar cartelería y señalética con las imágenes de cómo era el árbol antes de que se enferme, mejorar la iluminación y la limpieza del lugar y plantar más ejemplares en la plaza”, contó Chincarini sobre las medidas acordadas.

La esperanza

“Lo que quiero resaltar es que el gomero no está muerto todavía y no está muerto quien pelea”, sostuvo Pérez. Así, no talar el árbol renueva las expectativas sobre su recuperación. “Aún tiene vida y nosotros, esperanza. La poda podría estimular al árbol a tirar brotes nuevos y que las pocas raíces que ahora sostienen su vida sean suficientes para mantener esos retoños”, detalló el activista, ilusionado con un renacimiento potencial.

Pero si aquello no funciona, su legado aún podría gozar de vitalidad. “En el caso que la poda no funcione y el ejemplar siga en decadencia, el tercer plan es tomar los retoños, enraizarlos, y cuando pase el tiempo y sea un árbol nuevo del mismo gomero, plantarlo ahí en reemplazo del original”, adelantó Sergio.

“Mientras ese retoño siga creciendo entre el tronco viejo, va a ir copando el lugar y eso sería como el renacimiento del árbol”, comentó el activista, sobre una posibilidad que el funcioanrio de Obras Públicas también comentó como opción.

La consigna

“‘Morir de pie’, era una consigna que surgió en la asamblea”, dijo Diego Frías, miembro del grupo ambientalista Pro-Eco. En las reuniones recordaron la importancia de mantener los suspiros de vitalidad que existan. “No podés dar por muerto lo qué aún no murió; si hacemos esto creo que habremos perdido la sensibilidad como seres humanos”, recordó Pérez.

La problemática del árbol, emblema histórico de la capital tucumana, puso en evidencia la importancia no solo ambiental sino social y cultural del arbolado público en la provincia. Quitar el gomero supondría un vacío paisajístico relevante y la pérdida de un ejemplo del patrimonio natural. La medida alternativa encontrada podría resolver el equilibrio entre el desarrollo urbano y la conservación de la memoria ambiental de la ciudad 

(Producción periodística: Luisina Acosta).

Valor histórico

Una especie introducida por Roca

El valor histórico del enorme gomero de la plaza Gramajo Gutiérrez ha sido reconocido incluso en forma institucional, ya que el Concejo Deliberante de la capital lo declaró “árbol notable” en 2004, para generar conciencia para su preservación y cuidado.

En febrero, el director municipal de Arbolado de San Miguel de Tucumán, Guillermo Olivera, anunció que el árbol “está enfermo, posiblemente afectado por un hongo o una bacteria”, y que sería retirado en el transcurso del año. La preocupación es que haya desprendimientos de ramas que golpeen a quienes recorren la zona; ya en 2023, una caída de parte de su estructura mató al perro callejero Lobito, que se refugiaba en las cercanías del Cementerio del Oeste.

Cuando trascendió su futura remoción, el ambientalista Diego Frias, de la asociación civil Pro-Eco, alertó que “hay muchos árboles en Tucumán que están siendo retirados; a eso se le pone el nombre de ‘arboricidio’”; planteo que fue negado desde la Municipalidad, en lo específico acerca de los gomeros.

El nombre científico de la especie es Ficus macrophylla, que se caracteriza por su gran porte y sus raíces expansivas que suelen levantar las veredas y calles. El arquitecto Ricardo Viola señaló que la especie fue introducida en la provincia por Julio Argentino Roca, quien le regaló un retoño a Luis F. Nougués.

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