Por Inés Páez de la Torre
23 Marzo 2025
“Adolescencia”, la miniserie británica dirigida por Philip Barantini, se estrenó hace poco en Netflix y ya se encuentra entre las más vistas. Este drama criminal de cuatro capítulos (cada uno filmado en un solo plano secuencia) gira en torno a Jamie, quien con sólo 13 años es acusado de asesinar a puñaladas a una compañera de clase (Stephen Graham interpreta magistralmente al devastado padre del chico). En ese mundo adolescente donde deben adentrarse los adultos buscando entender lo ocurrido, surge el término “incel”… ¿A qué se refiere?
“Incel” es un acrónimo de la expresión inglesa “involuntary celibate” (es decir, “celibato involuntario”). Fue acuñado en 1997 por una estudiante canadiense, creadora de un sitio web personal llamado “Alana’s Involuntary Celibacy Proyect” (“Proyecto de Celibato Involuntario de Alana”). Allí publicaba artículos y los compartía a través de una lista de correo. Y se convirtió en una fuente de consuelo y apoyo para “cualquiera que se sintiera solo, que nunca hubiera tenido relaciones sexuales o que no estuviera en una relación desde hace un buen tiempo”. El término “incel” -originalmente “invcel”- empezó a integrar el lenguaje utilizado por esta comunidad al hablar de sus sentimientos de soledad, timidez y torpeza social. Alrededor de 2000, Alana abandonó la iniciativa y le cedió el sitio a un extraño.
Frustración y misoginia
El proyecto de Alana tomó vida propia, multiplicándose en comunidades virtuales -formadas en su mayoría por varones heterosexuales-, originando una verdadera subcultura.
Los incels dicen sentirse incapaces de entablar relaciones románticas y/o sexuales con mujeres (lo cual desean). Y aseguran que las grandes culpables de esta frustración son ellas mismas, por ser demasiado selectivas y utilizar sus privilegios y su sexualidad para lograr ascenso social por encima de todo. De ahí que en estos foros sean frecuentes las expresiones misóginas y de aversión al feminismo, la revolución sexual y el progreso científico que dio lugar a la anticoncepción y la liberación femenina.
En su lugar, añoran los tiempos en que las parejas se casaban jóvenes, eran monógamas y adherían a los roles de género tradicionales.
La mayoría de las comunidades incel se caracterizan por el resentimiento, el odio, el narcisismo y la autocompasión. También está presente la hostilidad y la apología de la violencia contra las mujeres, las personas LGBTIQ+ y los hombres sexualmente activos. Sus discusiones suelen girar en torno a la soledad, la infelicidad, el suicidio y el consumo de prostitución.
Apología de la violencia
Estudiosos y expertos han señalado que esta ideología, además de presentar en sí misma un riesgo para sus propios impulsores -muchos tienen trastornos mentales o depresiones severas y no piden ayuda-, los hace proclives a alinearse con creencias cada vez más extremas, incluidos el antisemitismo y la supremacía blanca.
Por esto genera preocupación y se encuentra en el centro de debates internacionales. Conectada con varios ataques y asesinatos en masa de los últimos años, ha llegado a describirse como una amenaza terrorista.
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