22 Marzo 2025
La frontera entre Israel y Líbano experimentó una nueva escalada de tensión este sábado, luego de que Israel lanzara ataques contra objetivos del movimiento Hezbollah. Esta acción fue en respuesta al lanzamiento de tres cohetes desde territorio libanés hacia el norte de Israel, aunque ninguna organización se atribuyó la responsabilidad de estos disparos.
El Ejército israelí, siguiendo instrucciones del primer ministro Benjamin Netanyahu, bombardeó lo que describió como "decenas de blancos terroristas" pertenecientes a Hezbollah. Sin embargo, Hezbollah negó estar involucrado en el lanzamiento de los cohetes.
En un comunicado oficial, las autoridades israelíes declararon que "en respuesta a los disparos de cohetes contra Israel esta mañana, el primer ministro Benjamin Netanyahu y el ministro de Defensa, Israel Katz, dieron instrucciones a los militares para que actúen con contundencia contra decenas de blancos terroristas en Líbano".
La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbano (FINUL), desplegada en el sur del país para mantener la estabilidad, expresó su preocupación ante una "posible escalada" de la violencia. La FINUL instó a "todas las partes a evitar comprometer los progresos realizados, especialmente cuando están en juego vidas civiles y la frágil estabilidad", advirtiendo que "cualquier nueva escalada podría tener consecuencias graves para la región".
Según fuentes militares israelíes, los cohetes lanzados desde Líbano tenían como objetivo la ciudad de Metula, pero fueron interceptados. Este incidente marca la segunda vez desde diciembre que se lanzan cohetes desde Líbano hacia territorio israelí, generando dudas sobre la durabilidad del alto el fuego previamente alcanzado con Hezbollah.
El ministro de Defensa israelí afirmó que no permitirán que Líbano dispare contra su población, prometiendo seguridad a las comunidades de Galilea. Por su parte, Hezbollah no emitió comentarios inmediatos sobre los ataques.
El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, solicitó al Ejército libanés tomar "todas las medidas necesarias" en el sur del país, reafirmando que Líbano no desea una reanudación de la guerra.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que sus ataques se dirigieron contra lanzacohetes de Hezbollah y un centro de comando utilizado por el grupo en Líbano. Previamente, el Ejército libanés anunció haber encontrado y desmantelado los lanzacohetes utilizados en el ataque contra Israel, ubicados entre las ciudades de Kfar Tebnit y Arnoun, en el sur del país.
Contexto regional
Estos eventos se producen en un contexto de alta tensión regional, exacerbada tras el ataque liderado por Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, Hezbollah lanzó cohetes, drones y misiles hacia territorio israelí. En septiembre, el conflicto se intensificó cuando las FDI lanzaron masivas oleadas de ataques aéreos, resultando en un elevado número de víctimas y desplazados.
Un alto el fuego firmado en noviembre establecía que las fuerzas israelíes debían retirarse del territorio libanés para finales de enero, aunque posteriormente se acordó prorrogar el plazo hasta el 18 de febrero. Sin embargo, Israel mantuvo efectivos en varias localizaciones y realizó operaciones aéreas en el sur y este de Líbano, con el objetivo de neutralizar objetivos de Hezbollah.
Líbano solicitó a las Naciones Unidas que presione a Israel para lograr una retirada total de sus fuerzas del país.
Estos recientes ataques también coinciden con el anuncio de Israel de intensificar sus operaciones en la Franja de Gaza hasta que Hamas libere a los rehenes que aún mantiene cautivos.
La comunidad internacional expresó su preocupación por la escalada de violencia. Los ministros de Exteriores de Reino Unido, Francia y Alemania calificaron la campaña israelí en Gaza como un "dramático paso atrás" e instó a un "retorno inmediato al alto el fuego".
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