
Gisele Pelicot, la mujer francesa que se convirtió en un símbolo de resistencia después de llevar adelante un juicio a puertas abiertas en el que logró una condena para todos los más de 50 hombres que abusaron de ella mientras estaba sedada, invitados por su exmarido, anunció este jueves que publicará sus memorias el próximo año.
Como anticiparon sus abogados en una entrevista con La Nacion, Gisele Pelicot, de 72 años, ya comenzó a escribir desde la tranquilidad de su nuevo hogar en un pueblo en el oeste de Francia su versión de la historia que conmovió al mundo en un libro que se llamará Un himno a la vida.
En sus palabras, Pelicot “ofrecerá consuelo y esperanza, y hará una contribución positiva para cambiar la conversación en torno a la vergüenza y para cambiar el mundo”, escribió en una publicación la editorial The Bodley Head, un sello editorial de Penguin Random House.
“Estoy inmensamente agradecida por el extraordinario apoyo que he recibido desde el inicio de juicio. Ahora quiero contar mi historia con mis propias palabras. A través de este libro, espero transmitir un mensaje de fortaleza y coraje a todos aquellos que atraviesan momentos difíciles. Que nunca sienta vergüenza. Y que con el tiempo, incluso aprendan a disfrutar de la vida de nuevo y encuentren la paz”, expresó Pelicot.
El libro será publicado el 27 de enero de 2026 en inglés, en francés y en otros 20 idiomas.
“Gisele Pelicot se ha convertido en un ícono mundial. Creemos que su voz en este libro resonará con muchas personas durante muchos años. Es un libro que nos une a todos, y esperamos contar con el apoyo apasionado de libreros, periodistas y otros promotores para llevar Un Himno a la Vida a los lectores de habla inglesa”, indicó Stuart Williams, director editorial de The Bodley Head.
Dominique Pelicot, exmarido de Gisele que la drogó durante casi una década para abusar de ella y permitir que decenas de hombres la violaran en su propio hogar, fue condenado a 20 años de prisión en diciembre. Otros cincuenta hombres fueron condenados por violación, intento de violación o agresión sexual.
Quedan pendientes nueve juicios de apelaciones que se llevaran a cabo ante una corte penal en Nimes, del 6 de octubre al 21 de noviembre, según confirmaron los abogados de Pelicot a este medio, aunque afirman que existe la posibilidad de que estas apelaciones se abandonen tal como sucedió con ocho de las 17 originales. Gisele, descripta por los letrados como una persona con una “resiliencia excepcional”, planea estar presente en todas ellas.
Hoy en día “ella está aliviada porque el primer juicio salió bien, porque reconocieron a todos los acusados y fueron condenados. Hoy está feliz de poder volver a una vida casi normal”, dijo a este medio uno de sus abogados, Antoine Camus, quien indicó que Gisele decidió llevar el juicio a puertas abiertas para que otras víctimas se animen a denunciar y así poder darle sentido a su calvario.
A pesar de que su vida se pulverizó por las atrocidades cometidas por su exmarido, Gisele Pelicot tomó la decisión poco tiempo antes del juicio de conservar el apellido de su marido para que sus hijos y nietos no carguen solos con la vergüenza, explicaron sus abogados. Pero gracias al proceso histórico, se adueñó de “Pelicot”, el apellido que ahora el mundo vincula con su valentía, logrando que la vergüenza cambie de lado.
El caso expuso una red de abusos organizados que involucró a hombres contactados a través de una página web sin moderación, conocida por facilitar encuentros de contenido sexual explícito. En este espacio, Dominique Pelicot contactó a los 50 coacusados y luego los invitó a su casa para ofrecerles a su esposa, drogada y completamente inconsciente, para que los hombres la violaran. Estos encuentros fueron organizados meticulosamente, y en muchos casos, los acusados sabían que ella no estaba consciente ni consentía. Los detalles de los encuentros quedaron registrados en fotos y videos que Dominique Pelicot almacenaba en dispositivos electrónicos confiscados por la policía durante la investigación.
El perfil de los coacusados es diverso, con edades comprendidas entre los 26 y los 74 años. Entre ellos hay desde profesionales, como un periodista y un jardinero, hasta jubilados y trabajadores de sectores diversos. Si bien algunos admitieron los hechos y se declararon culpables, otros intentaron justificar sus acciones diciendo que pensaban participar en un acto consensuado, una afirmación que los jueces y fiscales rechazaron.
Excepcional por su duración, por el número de acusados pero, sobre todo, por las atrocidades perpetradas, el llamado “juicio de Mazan”, que comenzó el 2 de septiembre, marcó la historia judicial de Francia y probablemente del mundo. Gisele tomó la decisión de renunciar a su anonimato, lo que permitió que el público accediera al juicio, y fomentó un debate social sobre la sumisión química, la violencia sexual y la masculinidad.
“¿Cómo es posible que podamos encontrar en un área de 50 kilómetros 70 hombres dispuestos a aprovecharse sexualmente de un cuerpo inerte que parece muerto? ¿Qué hay de específico en la sexualidad masculina que, aparentemente, puede satisfacerse de un cuerpo al que le quitaron la conciencia para hacerlo un objeto?”, indicó Camus a La Nación. “Nuestra convicción es que la raíz del mal se encuentra en la concepción que todos colectivamente hemos formado de lo que es la masculinidad. Es probablemente el desafío de nuestra generación para terminar de una vez por todas con lo que hoy en día es un flagelo mundial”.
La hija de Gisele Pelicot, publicó a principios de marzo un segundo libro sobre las víctimas de violación “que no tienen ni pruebas ni recuerdos” titulado Pour que l’on se souvienne” (“Para que recordemos”). Caroline Darian encabeza una campaña para concienciar sobre el uso de drogas para cometer abusos sexuales.
“Caroline Darian, la hija de la víctima y del verdugo, nos ofrece su mirada única sobre esta tragedia, revela que la investigación está inacabada y persiste incansablemente en su lucha contra la sumisión química y por la verdad”, se lee en la presentación del libro.
Durante el juicio en Aviñón, Darian reafirmó su convicción de haber sido también víctima de su padre, debido a la existencia de fotos en las que aparece inconsciente, con ropa interior que no reconoce. Sin embargo, no fue reconocida como víctima.