
Alejandro Artopoulos
Director del Centro de Innovación Pedagógica de la Universidad de San Andrés
Al debate sobre el uso de celulares en la escuela, se antepone la realidad: El 54% de los estudiantes argentinos de 15 años se distrae con su teléfono en clase. El dato surge del informe “Celular en el aula: uso, distracción y aprendizajes”, del Observatorio de Argentinos por la Educación y Andrea Goldin (CONICET y Laboratorio de Neurociencia, Universidad Torcuato Di Tella), y muestra cuál es la situación en el presente para pensar qué decisiones tomar a futuro. El documento analiza las respuestas de los alumnos de 15 años que participaron en las pruebas internacionales PISA 2022 sobre el uso de dispositivos digitales en la escuela y muestra cómo la regulación del uso de la tecnología, las estrategias pedagógicas y el nivel socioeconómico puede influir en esta relación.
Si bien los datos indican que Argentina es el porcentaje más alto (54%) de los 80 países que participaron en las últimas pruebas PISA, seguido de Uruguay (52%) y Chile (51%), las perspectivas respecto a qué hacer con el uso de los celulares no es uniforme. Actualmente, la prohibición es una medida que se puede tomar en países con mayores recursos donde la educación digital está garantizada a través de computadoras y conectividad en las escuelas, mientras que, en nuestro país, sacar el celular de las aulas es someter a la mayoría de los estudiantes a una educación sin acceso al mundo digital, y mucho menos a la IA. Más allá de las diferencias socioeconómicas de los países, la propuesta por parte de muchos gobiernos de volver a leer en papel está atravesada por la saturación digital que se vivió en la pandemia y en el aumento del uso diario de celulares en las escuelas de todo el mundo entre 2018 y 2022.
Los efectos del uso de celulares en el aula son diversos. En primer lugar, los resultados de PISA muestran una relación negativa entre la distracción por utilizar dispositivos digitales en clase y el desempeño en Matemática: los países con más estudiantes distraídos tienden a obtener puntajes más bajos. Argentina (54%), Uruguay (52%) y Chile (51%) tienen los niveles más altos de distracción y desempeños relativamente bajos en Matemática, mientras que Japón (5%) y Corea del Sur (9%) presentan baja distracción y mejores resultados en Matemática.
Patrones de conducta
Por otro lado, los algoritmos y las redes sociales han cambiado patrones de conducta. Adolescentes e infancias están muy vulnerables en situaciones sociales: no quieren salir a la calle, no quieren jugar en la plaza, tienen mayores índices de ansiedad y depresión. Todo esto configura un grave problema de salud pública. Frente a esto, la presión que tienen los chicos por estar online, incluso en clase. El informe de Argentinos por la Educación y Andrea Goldín aborda esta temática y muestra que Argentina está dentro de los 5 países donde más adolescentes de 15 años declaran que nunca desactivan las notificaciones.
La evidencia y las distintas experiencias de los países muestran que el celular no es un dispositivo para clase. Sin embargo, la prohibición de su uso puede acentuar la brecha digital. En la era de la IA, el uso de nuevas tecnologías en el aula no puede estar supeditada a los celulares, sino que deben implementarse políticas educativas que hagan énfasis en la incorporación de nuevas tecnologías a los procesos de enseñanza y que les brinden tanto el acceso a los dispositivos como la conectividad.