Lamentablemente, existen personas que piensan y dicen que el ser viejo, pobre y analfabeto es sinónimo de delincuencia o de integrar una gavilla o banda de inadaptados. Esta forma despectiva y agresiva de referirse a los jubilados, sus abuelos e hinchas de fútbol que se enfrentaron a un ejército de federales, gendarmes y policías de la ciudad , armados hasta los dientes; enfrentamiento lamentable como el de David frente a Goliat; es como querer apagar con nafta el fuego; algo que ocurrió en el Congreso el miércoles 12/03, ahondando aún más esa maldita grieta que nos divide. LA GACETA del 18/03 en su editorial nos da una clase magistral sobre analfabetismo y el valor de la educación constante , es decir del aprendizaje a lo largo de toda la vida, en un mundo con cambios vertiginosos, los adelantos tecnológicos , nos convierten automáticamente en analfabetos , que según mi “mataburros”, es la persona que le falta instrucción elemental, que no sabe leer ni escribir, por más que nos queramos adueñar de la verdad, la realidad nos muestra algo distinto, como las escenas de pugilato y la tirada de agua entre diputados ; la mayoría con títulos universitarios, ni uno analfabeto ni irracional; allí no hubo barrabravas; lamentablemente, se portaron peor que ellos. ¡Argentina, país generoso! Pero no sigamos tirando de la cuerda.
Francisco Amable Díaz
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